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Foto: Carmen Pacheco
México fue el primer país en ratificar en 2019 el TMEC (USMCA, en inglés), acuerdo que remplazará al tratado de libre comercio de América del Norte, (TLCAN) a partir de este 1 de julio. En enero de este año el senado de Estados Unidos aprobó este nuevo tratado comercial y Canadá lo hizo en medio del brote de Covid-19 en México en el mes de marzo.
Los tres socios de este tratado o acuerdo comercial, coinciden en que el TMEC es un instrumento positivo para las economías de los tres países. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que con éste aumentará la confianza y se atraerá nuevas inversiones al país. La administración que encabeza asegura que México ha desarrollado vínculos comerciales, productivos y de inversión “complejos y profundos”, con Estados Unidos y Canadá.
Dichos lazos, explica, son un factor clave para la competitividad de las plantas manufactureras y de la industria agroalimentaria de nuestro país y son indispensables también para la eficiencia de las cadenas productivas de Estados Unidos y Canadá.
Pero en el tema de la industria agroalimentaria hay una preocupación; especialistas en el tema señalan que el TMEC impone condiciones a México que podrían modificar la legislación que regula el uso de semillas y sugiere un mayor ingreso de alimentos transgénicos, el riesgo de que una compañía pueda patentar a su nombre las semillas de los campesinos y limitarlos en el intercambio que se ha hecho por generaciones.
Incluso, el investigador Alejandro Espinoza Calderón del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias. (INIFAP) en el pago de regalías y patente a las grandes firmas multinacionales que dominan este mercado.
En Oaxaca, el escritor, activista y fundador de la Universidad de la Tierra en Oaxaca, Gustavo Esteva, plantea 一en coincidencia con el investigador一 que dicho acuerdo comercial es una amenaza grave sobre nuestras semillas nativas.
“Nuestra vida está asociada con el maíz y no solo con la cuestión alimentaria”, resume antes de iniciar la charla sobre el riesgo del grano ante el TMEC que iniciará formalmente este miércoles 1 de julio.
En este campo agroalimentario en general y en el caso del maíz en particular, dice que no hay una política muy clara en el gobierno federal, entre otras cosas porque dentro del sistema de gobierno y los aparatos de esta administración hay muy distintas posiciones, algunas abiertamente contrapuestas.
¿Cuál es la circunstancia de los maíces en la Cuarta Transformación?
Yo diría que la amenaza contra nuestra supervivencia está desde hace tiempo. Es importante decir que en los años 70 nosotros exportábamos maíz y frijol a los Estados Unidos y que tenemos una gran capacidad para producir la comida que necesitamos. Había gente que no tenía suficiente por otras razones, no porque no pudiéramos producir suficiente maíz. Actualmente importamos más de la mitad de lo que necesitamos de maíz en particular, que es el alimento principal de México.
El investigador recuerda que desde los tiempos del presidente Carlos Salinas de Gortari se buscó de alguna forma desalentar la producción propia del grano. Se trataba no solo de atacar el maíz, también a los campesinos.
一Eran los dos aspectos, por una parte había que hacerle lugar al mercado norteamericano, había que hacerle espacio en México y por otra parte se trataba de deshacerse de los campesinos. Carlos Hank González, secretario de Agricultura de Salinas dijo “mi obligación como ministro de Agricultura es deshacerme de 10 millones de campesinos”, lo dijo públicamente en Hermosillo, respondiendo a un periodista. 10 años después en el gobierno de Fox, el secretario de Agricultura Javier Usabiaga Arroyo declaró que su obligación como ministro era deshacerse de 20 millones de campesinos. Ya había aumentado la meta. Y cuando se le preguntaba a Fox , qué hacían con ellos, respondía: que se vayan de jardineros a Texas o que pongan su changarro. El expresidente panista decía que todo el mundo debía tener un changarro. Con estas citas solo quiero recordar que fue una campaña explícita para deshacerse de los campesinos, muchos tuvieron que irse por los ataques sistemáticos o simplemente que fueron retirados de todos los apoyos del Estado.
En este contexto, el intelectual señala que la producción del maíz es un milagro de los campesinos, pues incluso los que se fueron a Estados Unidos enviaban sus remesas para la familia y para el cuidado de la milpa.
“Son los campesinos los que han logrado que nosotros tengamos una producción de maíz propio”
¿Cuál es el riesgo de la semilla con el TMEC, qué es lo que podría pasar con los maíces cuando se ponga en marcha?
一Lo peor que puede pasar, es lo que se ha llamado el UPOV 91, un acuerdo internacional que permitiría a una compañía patentar a su nombre las semillas de los campesinos, ya no podrían hacer intercambio entre ellos como siempre lo hacen, que es una parte de nuestras tradiciones estar cambiando las semillas de una parcela a otra, lo cual enriquece la capacidad productiva, eso ya no se podría hacer y las semillas propias estarían patentadas por las corporaciones.
El capítulo 18 del Tratado está referido a la propiedad intelectual y obliga a México a incorporarse a la Unión para la Protección de Unidades Vegetales (UPOV 91), así como al Tratado de Budapest, que regula virus, enzimas y hongos.
Este capítulo, según el investigador Alejandro Espinoza Calderón es «el marco jurídico de la semilla», que obligaría a México a reconocer el sistema de patentes norteamericano, al tiempo que limitaría el uso propio de los campesinos y el intercambio milenario de semillas, gracias al cual hoy la agricultura es lo que es.
Gustavo Esteva es más enfático, dice que ese acuerdo de supuesta protección de propiedad intelectual, lo que hace es limitar el intercambio y apropiarse lo que no es de ellos.
一Las semillas que hemos tenido por miles de años, que los campesinos protegen, es una propiedad cultural y colectiva que se convertiría en propiedad privada, viene para el despojo de todo y no vemos por parte del gobierno ninguna política explícita que apoye a los campesinos, que realmente les dé a los campesinos y respete la tradición de dárselos directamente a las comunidades, a los ejidos no a los individuos. Se trata de que apoyen la producción del campo y que protejan nuestra semilla y eso no está claro.
Esteva aclara que hay personas valiosas dentro del aparato estatal, por ejemplo Víctor Suárez, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria (Sader), Ignacio Ovalle, personas que según él tienen experiencia y un compromiso personal de mucho tiempo con la producción campesina y que tratan de hacer algo. Pero tenemos también en la secretaría de Agricultura “al hombre Monsanto”, porque representaba claramente los intereses de la empresa Monsanto, ahora comprada por Bayer, dice refiriéndose a Víctor Villalobos Arámbula, sin citarlo explícitamente.
一Entonces tenemos a personas dentro del sistema público que están más de aquel lado que de éste, y no está claro, quizá por disputas internas, o por distintas razones, que vaya a darse protección a las semillas y apoyo a los campesinos que para nosotros es absolutamente necesario.
“El presidente no tomó en cuenta cuando firmó el nuevo tratado de libre comercio que hay un riesgo sobre nuestras semillas nativas, el tesoro que hemos heredado”.
一 En México tenemos la mayor variedad de semillas de maíz del planeta, existen 64 razas registradas, 36 solo en Oaxaca. Esas son las que están bajo amenaza de ser sustituidas por otras que tienen una capacidad efímera. Además de todo, son un tesoro para nosotros porque tienen el código de la experiencia de cambios climáticos de millones de años. Ahora que tenemos un colapso climático y no sabemos bien qué hacer, algunos campesinos están desesperados porque la sabiduría anterior ya no se aplica igual, ya los días prescritos para sembrar no funcionan porque está cambiando el régimen de lluvia y todos los elementos.
El fundador de la Universidad de la Tierra asegura que el maíz destaca por su capacidad para adaptarse a todo tipo de suelos, alturas sobre el nivel del mar, climas y precipitaciones pluviales.
一Las semillas tienen millones de años, saben lo que nosotras no sabemos, se fueron adecuando a las distintas circunstancias del cambio climático, son capaces de resistir las sequías o excesos de agua, los cambios en la fecha, y los campesinos de alguna manera reconocen esos distintos periodos. La combinación de la sabiduría campesina y de las semillas es nuestra esperanza y nuestra protección.
Lo más lamentable de las autoridades mexicanas 一dice一 es que estas transformaciones genéticas que se hacen en Estados Unidos, a través de grandes corporaciones es para plagas y problemas de allá, que no tenemos aquí en el país.
一El principal transgénico que circula es para combatir una plaga que existe en Estados Unidos, pero no en México. Y por la forma que opera el maíz, cuando aparece el otro se contaminan todos los maíces y entonces pueden destruir nuestras semillas; además de todo, se le cobrará a los campesinos si aparecen en sus granos elementos de las semillas comerciales, pero el campesino no puede evitarlo.
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