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Con largas filas y a 35 grados se celebró la Feria del Tejate 2013

Milthon Puch

A las once de la mañana, hora en que el gobernador Gabino Cuè Monteagudo inauguraba la XIV edición de la Feria del Tejate 2013, la temperatura ya rebasaba los 30 grados en los Valles Centrales, y según los pronósticos iba a aumentar.

Ni una sola nube surcaba el cielo mañanero y abajo, en la carretera que separa la zona de las Presas de Tlalixtac de Cabrera con el pueblo de San Andrès Huayapam, las filas de vehículos que ingresaban a la comunidad se extendían cada vez màs.

Esta localidad, ubicada a cinco kilómetros de la capital oaxaqueña, realiza la feria organizada por la unión “Guie Bdie” que agrupa 120 mujeres productoras de tejate, en coordinación con el ayuntamiento, a cargo del Presidente, Margarito Manuel García Cortés.

Con el transcurrir de las horas encontrar estacionamiento se volvìa una odisea para los visitantes, el calor era extenuante: 35 grados, el asfalto caliente quemaba las llantas de los vehículos y los motores sofocaban a quienes en el interior esperaban su turno para descender.

Cientos, y miles de paseantes, locales y turistas, se apretujaban entre las decenas de stands y puestos callejeros en los que se vendìa de todo, desde la bebida centenaria que es el téjate, también horchata de cacahuate, refrescos, aguas de sabor, chocolate frìo, cervezas y micheladas, por mencionar solo bebidas.

La Secretarìa de Turismo y Desarrollo Econòmico del estado (STyDE) pronosticaba una afluencia de 30 mil personas, no obstante tales pronósticos fueron rebasados: tal fue el congestionamiento que era casi imposible ingresar al templo católico de la población, y se requerìa de suficiente paciencia para transitar por los pabellones de la Feria en la que abundaron los sabores y productos derivados del téjate; que incluìan pasteles, gelatinas, tamales, dulces, nieves, galletas, nicuatole, aguas y horchatas.

Entre los alimentos para degustar se ofrecía barabacoa, consomè, tacos de carnitas, elotes, pozole,  tlayudas, quesadillas o molotes, la oferta gastronómica era diversa tanto como el universo de visitantes.

La bebida milenaria, llamada por nuestros antepasados “texatli” es elaborada a base de maíz y rosita de cacao; en la actualidad el 95 por ciento de las familias de Huayapam, se sostienen con la venta de este producto.