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Oaxaca, una de las entidades más peligrosas para ejercer el periodismo

  • Ocupa el primer lugar a nivel nacional en agresiones a mujeres periodistas
  • Cuarto estado más violento para el ejercicio de esta profesión

Redacción/

Si México es el tercer país más peligros para ejercer el periodismo, después de Siria y Somalia —de acuerdo a datos de la organización civil Campaña por un Emblema de Prensa—, Oaxaca ostenta el primer lugar a nivel nacional en agresiones a mujeres periodistas y es el cuarto estado más violento para el ejercicio de esta profesión.

Con base en datos hasta del 2012, como lo muestra un estudio de la organización civil periodística Comunicación e Información de la Mujer A.C. (CIMAC), Oaxaca ocupa el primer lugar a nivel nacional en agresiones a mujeres periodistas, superando con ello a otras entidades con mayor índice de violencia en general, como el Distrito Federal, Chihuahua, Quintana Roo, Jalisco y Veracruz.

Asimismo, con cinco agresiones a periodistas, Oaxaca se ubicó durante el primer trimestre de 2013 como el cuarto estado de la República Mexicana más violento para el ejercicio de esta labor, detrás de Coahuila (8), Tlaxcala (8) y Veracruz (6), de acuerdo al monitoreo que realiza Artículo 19, organización internacional independiente defensora de la libertad de expresión.

Mientras que en los estados del norte la principal amenaza para el ejercicio periodístico lo constituye el crimen organizado, en Oaxaca son los diferentes niveles de gobierno quienes coartan la libertad de expresión. Así lo expresó Judith Calderón Gómez, presidenta de la Casa de los Derechos de Periodistas, en una carta dirigida el pasado 4 abril al gobernador del estado Gabino Cué Monteagudo: “Tenemos datos y documentos indicativos de que se están cometiendo actos de gobierno, injustos y arbitrarios, que estimulan un clima de miedo y fomentan la vulnerabilidad de comunicadores de radios comunitarias y periodistas, agravados con amenazas y acoso”.

Hasta ahora el Istmo de Tehuantepec, donde comunidades campesinas libran una batalla en contra de los proyectos eólicos que se pretenden implementar en la región por parte de compañías trasnacionales, se convierte en una de las regiones con mayor violencia hacia periodistas, con diez casos documentados de agresión, amenazas e intimidaciones.

“Hablar sin riesgo: por el ejercicio seguro de la libertad de expresión”

Como cada año desde 1993, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación (Unesco) convoca a las sociedades de sus estados miembros a reflexionar sobre la libertad de prensa y renovar el compromiso con las y los periodistas para crear las condiciones necesarias de protección y promoción de sus derechos humanos.

En su vigésimo aniversario, la conmemoración del Día Mundial de la Libertad de Prensa tiene como lema Hablar sin riesgo: Por el ejercicio seguro de la libertad de expresión en todos los medio”. En este contexto, en aras de un ejercicio de expresión libre, se realizó un sondeo de opinión a periodistas de Oaxaca respecto al tema de la libertad de prensa.

De ello resultó el relato de algunas experiencias que de manera anónima denuncian la vulnerabilidad de su profesión:

“El problema fundamental es cuando planteas las cosas de forma diferente y los temas de las mujeres no son considerados noticia. Creo que en lo particular esa fue una forma de vulnerar el derecho de las mujeres y sí tuve que renunciar a un periódico que decía ser democrático pero donde no tienen cabida las mujeres. Lo demás, amenazas o advertencias, que por fortuna no tuvieron ninguna repercusión”.

“En los medios de comunicación oficiales siempre determinan lo que se transmite y lo que no. En muchas ocasiones se hace el trabajo periodístico pensando en la sociedad, pero como afecta ‘intereses’ políticos, se filtra y desecha. Es algo común y ya estamos acostumbrados”.

“La libertad de prensa en Oaxaca está supeditada a los convenios que los medios informativos mantienen con el gobierno, la sección 22 y los diversos actores políticos; considero que no existe como tal una libertad de prensa (…). La censura responde más a una autocensura; puedo decir que a través de los medios no se garantiza una libertad de prensa total, más no significa que no existan como tal la libertad de prensa. Me tocó alguna vez ser censurado por un tema de fe”.

“El hecho de que te lleves bien con una persona pública no es indicativo de que no puedes hacerle una crítica. Me han llamado en dos ocasiones con la pregunta ‘¿qué pasó?’”.