Foto: Poe
Ventanas a la calle es el nuevo material en el que Paulina y el Buscapié hacen uso de la batería, las percusiones y la tambora oaxaqueña, para asomarse al espacio público por excelencia que es la calle, en busca de alientos y sentimientos que den sentido al bagaje musical de quienes conforma la agrupación, a una herencia que va del son al rock y cuya influencia deja su impronta en sus composiciones porque, sentencian, “no se puede mentir con la música”.
Con nueve composiciones propias, dos sones tradicionales, un son de la costa y una canción del grupo argentino Vecina, Paulina, Emiliano y Farrés conversan sobre la música y experiencias que se conjuntan en Ventanas a la Calle, su segunda producción en la que, coinciden, han experimentado otras necesidades musicales. Aunque conservan el espíritu y la esencia del primer disco, este es más urbano.
“Empezamos haciendo composiciones nuevas, hubo otras cosas que se fueron transformando mucho durante el camino, es también parte de la experiencia colectiva. En este disco tenemos una participación muy activa en la composición, en el arreglo, es un trabajo creativo colectivo, es decir, no hay un director musical que nos produzca, es algo que nosotros concertamos”, detalla Emiliano quien, a decir de su compañero, está más cerca de la música tradicional oaxaqueña, en especial del instrumento de aliento de madera que es el clarinete y es quien tal vez como joven oaxaqueño vio en las formas tradicionales su manera de aprender la música desde niño, refiere Farrés, quien también hace notar una diferencia entre este nuevo material y Pájaro Turquí, su primer producción.
“El primer disco tiene que ver con un viaje hacia la poética y hacia las formas tradicionales, también hay composiciones nuestras, pero ese disco tenía que ver con un resumen de lo vivido en ese ámbito hasta ese momento. Nos preocupaba poder tocar lo más elegantemente esa música; hay sones tradicionales, lo cual tiene que ver con experiencias personales pero que suponen conocimiento de esa música”.
Puntualiza Farrés: “uno hace la música que está puesta en las neuronas musicales, es imposible ir contra lo que uno es, no se puede mentir con la música, estas influencias son constantes. Los instrumentos son vehículos para expresar colores, ideas. Siempre se va a notar el espíritu de quien toca la jarana, o el clarinete o la guitarra. Este es el sentido del segundo disco, volver a usar todos los elementos que teníamos a nuestro alcance, musicales e instrumentales”.
Paulina, más serena, observa y escucha a sus compañeros, recuerda con cierto tono nostálgico pero sonriente algunas de las experiencias de las canciones incluidas en El Pájaro Turquí pero vuelve inmediata a Ventanas a la Calle: “en ese disco nos dedicamos a componer y arreglar sones. Este segundo, a diferencia de aquél, ya involucra otro espíritu y otros géneros, arreglos que son más urbanos. Queríamos hablar de lo que pasa en la calle; le pusimos ese nombre porque Oaxaca está llena de ventanas a la calle, proponemos mirar a la gente en la calle, mirar el espacio público, que en cada canción encuentren como una ventana que les dé algo, algún sentimiento…”
Paulina, como Emiliano, está también muy cerca de la tradición de los sones jarochos. Los han estudiado. A los 17 años hicieron un viaje por Veracruz y Oaxaca para aprender a tocar el son, estuvieron en varias comunidades, convivieron con viejos que tocan esta música y aprendieron de ellos. Ya en Oaxaca en el 2001 participaron en el taller de Son, en el que mucha gente se reunía para tocar y aprender.
Posteriormente Paulina y Eduardo (Farrés), junto con Armando Medina, coincidieron en otro proyecto en el que duraron dos años y, a partir de ese encuentro en el 2007, iniciaron esta nueva etapa de Paulina y el Buscapié, en la que se definen por el color de su música, que tiene que ver con las distintas formaciones musicales.
Son músicos multiinstrumentistas que proceden de experiencias formativas diferentes pero que convergen en una idea: incorporar elementos de las músicas tradicionales cercanas culturalmente —de América Latina y del sur de México, principalmente— con otros géneros contemporáneos como el blues y el jazz.
“Crecimos con esas expresiones musicales de aquí de Oaxaca, del sur de México. En el caso de Eduardo, de Cuba y Argentina. Pero también somos seres de la ciudad que crecimos con el rock. Buscamos integrar todo este bagaje que nos hace ser contemporáneos… queremos también mostrar lo que somos, porque no somos campesinos, no crecimos en el ámbito rural. Sin embargo, el son tradicional también nos representa y esta es nuestra experiencia, más urbana” puntualizó Emiliano.
Actualmente el proyecto es beneficiario del Programa de Proyectos de Inversión para la Producción Musical Nacional del INBA en espacios públicos y centros culturales. V
Ventanas a la Calle fue coproducido con el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Fue grabado en los estudios XS Digital por el ingeniero Manuel Mora Valverde, mezclado y masterizado en Mass Ruido en la Ciudad de México, con la participación especial de Guajiro López en la producción de voces. El diseño y arte de tapa fue realizado por el colectivo Lapiztola y fotografías de Ricardo Audiffred Soria.
Se encuentra disponible para descarga gratuita en: www.paulinayelbuscapie.com