Abraham Rasgado/ Foto: Carlos Solís Valdivieso
El pueblo de Salina Cruz dio señales de vida. A pesar de tantas traiciones y olvidos de parte de toda su clase política. Desde que se anunció el viernes 11 de octubre pasado el falló del Tribunal Estatal Electoral del Poder Judicial de Oaxaca (TEEPJO), la ciudadanía de este importante puerto del Pacífico mexicano comenzó a inconformarse.
El domingo 13 de octubre, alrededor de 200 personas se congregaron en el palacio municipal para manifestar su inconformidad ante lo que llamaron otro “fraude” por parte del PRI en contubernio con los magistrados del TEEPJO. El lunes 14, aproximadamente 800 personas (según cifras de uno de los organizadores), marcharon de la réplica del faro de Cortés al palacio municipal.
Con estas protestas previas, anunciaron una megamarcha para el miércoles 16 de octubre, que también partiría del entronque de las carreteras Transístmica y Costera hacia el palacio municipal de Salina Cruz.
La marcha partió en punto de las seis de la tarde. Acompañados de una banda tipo tambora sinaloense, arrancaron a caminar aún sin la presencia del doctor Mariano Vicente, quien, se dijo, aún venía llegando de su viaje a Xalapa, Veracruz, sede de la Sala Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en donde se decidirá si se confirma o se revoca la decisión que le da el triunfo al PRI en Salina Cruz.
La marcha avanzó y a su paso, decenas de automovilistas expresaban con sus cláxones y con gritos y su puño en alto, su apoyo al movimiento de los ciudadanos xhuncos que han salido a las calles a defender el triunfo. “Viva Mariano”, “estamos contigo, Mariano”, fueron algunas voces que se escuchaban desde los coches que se encontraban en sentido contrario con la manifestación.
Los ciudadanos que llegaron a manifestarse no dejaban de gritar consignas cuando aproximadamente después de haber avanzado 500 metros, se incorporó a la vanguardia de la marcha Mariano Vicente, quien fue recibido con efusivas muestras de apoyo. “Mariano, escucha, el pueblo está en tu lucha”, “Mariano, aguanta, el pueblo se levanta”, “no, no, no, Rosa Nidia no ganó” eran los consignas que los marchistas coreaban.
Cuando la marcha volvió a tomar su curso, metros adelante, Mariano Vicente, con un megáfono, tomó la palabra en plena calle. El doctor, como le llaman sus seguidores por su profesión de médico, hizo un improvisado discurso en el cual agradeció la presencia de todos, y dijo la frase que se está poniendo de moda entre los políticos mexicanos: “no los voy a traicionar”, y en una muestra más de lo imprevisto del discurso, mostró su falta de lectura de lo que está sucediendo en Salina Cruz: muchas personas han acudido al llamado de las calles y las manifestaciones no por defender en sí al político o a su partido, sino han salido ante el agravio que sienten el PRI está haciendo contra la voluntad de los salinacrucenses. Mariano Vicente lanzando vítores al Panal corre el peligro de quedar rebasado y por lo mismo sin la contundencia de la presencia masiva de los ciudadanos que no creen en los partidos (menos en el partido de la maestra), pero que sienten los agravios de un Estado autoritario que miente democracia y miente legalidad.
Al retomar de nuevo su camino la manifestación, un camión contraincendios encendió su sirena y recibió el saludo de los bomberos que iban en él. Un autobús de una línea comercial nacional también hizo sonar su claxon para saludar el paso de la marcha. Decenas de ciudadanos de todas las edades salían de sus casas para apoyar la lucha poselectoral que pinta para iniciar un movimiento social en esta ciudad y puerto istmeño. Y al pasar por un gimnasio del sindicato petrolero, los fisicoculturistas sólo salieron a ver y ni se inmutaron ante el paso de los manifestantes. Cuando pasó una camioneta llena de petroleros (reconocibles por sus uniformes), una señora les gritó “vamos petroleros, únanse, ya van por ustedes también”, los trabajadores de la paraestatal sólo miraron y siguieron su camino.
Al llegar al palacio municipal, subieron al podio personas de las más diversas procedencias: ahí estaban Mariano Vicente, también representantes de Morena, del Frente Popular Revolucionario, hasta CUBACI y su desprestigiado líder Sergio Díaz Jiménez “Macaco” estuvieron allí; asimismo, estuvo presente el presidente municipal electo de San Blas Atempa, Antonino “Nino” Morales Toledo, a quien se ha señalado como personero en el PRD de Agustina Acevedo Gutiérrez, entre otros.
Y después de una maratónica sesión de oradores, por fin tomó la palabra Mariano Vicente, a quien ya reclamaban los asistentes a la marcha y al mitin de apoyo a su lucha.
Informó que ya presentó la objeción al fallo del TEEPJO, aunque los priístas habían tomado las instalaciones, ellos se adelantaron y llegaron más temprano para entregar su recurso de impugnación. “No me he sentado ni me sentaré con los que me han estado hablando. El doctor Mariano no se vende ni se venderá. Tengan plena confianza”, dijo el ex candidato del Panal. Y lanzó un mensaje al PRI: “no provoquen al monstruo de mil cabezas que ya despertó”.
En entrevista con uno de los organizadores, dijo que están por acordar las acciones de protesta que acompañarán la lucha jurídica en los tribunales para defender el triunfo de Mariano Vicente Martínez.
Mientras, esta muestra franca de repudio de lo que consideran un fraude de parte del viejo PRI que ha vuelto, señalan los marchantes, da visos de crecer cada vez más. Aunque Mariano Vicente parece desconcertado, titubeante en su actitud a tomar ante el enojo ciudadano, ha comenzado a rodar una bola de nieve que amenaza con crecer y contagiar a ciudadanos apartidistas pero enojados con un sistema que amaga con arrebatarle todo a la nación mexicana.
La vendimia es el negocio de los políticos, y ante tantos asesores, es difícil que el ex candidato del Panal tenga el control y se asegure la lealtad de quienes lo rodean. La impugnación ya está presentada, ojalá su equipo jurídico esté a la altura de las circunstancias y no hagan “honor” a la mala fama de los jurisconsultos.
Así, se esperan más acciones en próximos días en Salina Cruz, que, aun contra todo pronóstico, ha dado señales de vida política y de voluntad de lucha.