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Si no fuéramos indígenas las autoridades ya habrían dado con el paradero de nuestras desaparecidas: Emelia Ortiz

Evlin Aragón/

Tras el anuncio público de la desaparición de una tercera mujer triqui, que hicieran el jueves pasado familiares y amigas, Emelia Ortiz García prima de las desaparecidas y vocera de las y los militantes del Movimiento Unificador de Lucha Triqui (MULT), que se encuentran en calidad de personas desplazadas de su comunidad en la ciudad de Oaxaca, aseguró que si no fueran mujeres indígenas, las autoridades locales ya tendrían por lo menos indicios en relación a los casos.

Desde el 2007 ha trascendido en los medios locales, nacionales e internacionales, la desaparición de Daniela y Virginia Ortiz Ramírez, esto luego de trasladarse de su comunidad El Rastrojo, ubicada en el municipio de Santiago Juxtlahuac con rumbo a San Marcos Xinicuesta, municipio de San Sebastián Tecomaxtlahuaca.

Este caso se une al de Belém Ortiz Ramírez, de 19 años de edad, estudiante de tercer semestre en el Cobao 57 ubicado en la comunidad del Rastrojo, y madre de un pequeño de tres años, quien despareció el pasado 29 de noviembre de este año, después de haber salido de su casa rumbo a Juxtlahuaca para hacer un trámite en los servicios de salud, que le fue requerido por su escuela, tal y como lo dio a conocer la familia de la joven.

De acuerdo con Emelia Ortiz García, en representación de la madre de las ahora tres jóvenes desparecidas, el pasado 29 de noviembre fue un día negro para la familia, ya que Belém salió de su casa desde las seis de la mañana y ya no volvió, razón por la que la madre de la joven inicio la búsqueda con sus amistades, compañeras y compañeros de la escuelas sin éxito.

Un día después de su desaparición, de acuerdo con el relato de la familia a esta reportera, la madre de la joven, la señora Antonia Ramírez Cruz emprendió una búsqueda en las comunidades cercanas, sin embargo nadie la había visto, razón por la que decidió trasladarse a la capital del estado para interponer una denuncia penal ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJO), la cual emitió una alerta Amber para localizarla, a la par que iniciaron una queja ante la Defensoría de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, con la intención de agilizar de algún modo las investigaciones.

Ante la mirada ausente y el silencio de Antonia Ramírez, quien ha tenido que sufrir el mismo dolor tres veces, Emelia Ortiz continua y pone de manifiesto que hasta el momento no hay avances ni del caso reciente, ni del anterior, pese a sus más de seis años de sucedido, donde si bien han resultado dos personas detenidas, estas no han dado ningún tipo de indicio sobre el paradero de las mujeres triquis.

“Mi tía, la mamá de las niñas, piensa lo peor, sin embargo mantiene la fuerza para continuar la búsqueda y exigir a las autoridades que se investigue sobre el paradero sus hijas”, expresa Emelia, sin embargo reconoció que las autoridades poco o nada han hecho al respecto, por el contrario dijo mantienen las mismas excusas desde el primer momento de denuncia, las cuales van desde argumentos de peligrosidad en la zona, lo cual hace complejo el ingreso de elementos de la PGJO o de la propia policía estatal, hasta la notable decidía por parte de los quienes han representado la procuración de justicia en el estado como Evencio Nicolás Martínez Ramírez y Manuel de Jesús López López.

“Desde que empezamos a denunciar públicamente la desaparición de Daniela y Virginia, el procurador en ese entonces Evencio Nicolás, se comprometió con la madre de las jóvenes, que en 15 días iba a entregarles a sus hijas” situación que sin embargo describió como un engaño y una burla por parte del estado oaxaqueño, ante una familia que lleva años con el dolor clavado en lo más profundo de su ser.

Emelia Ortiz criticó duramente la supuesta democracia existente en el estado, ya que indicó siempre hay diferencias entre “los de abajo y los de arriba”, nulificando dijo a quienes tienen origen indígena o no cuentan con el dinero para emprender acciones independientes para la búsqueda, y que por el contrario se enfrentan a amenazas hacia su persona por el sólo hecho de hacer pública su denuncia.

Así mismo detalló, existe una evidente discriminación por el hecho de ser mujeres indígenas, ya que dijo es indiscutible que cuando las personas tienen dinero, presencia política, entre otros factores que muchas veces se consideran superiores, la actuación de las autoridades es más rápida y efectiva, sin embargo en el caso de sus primas no ha sido así.

“Nosotras no expresamos bien el español, y tampoco tenemos recurso para movernos fácilmente, incluso hemos tenido que pedir préstamos para realizar las acciones en la capital del estado, por lo que es clara la discriminación, no hay una igualdad de derechos humanos y siempre ha existido la diferencia, más si eres mujer, porque en el estado mexicano hay mucho machismo, por lo que me atrevo a asegurar que se trata de un caso de discriminación por parte de las autoridades” concluyó.

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