Noemí Gaspar Domínguez
La fotografía y el cine, magníficos regalos heredados de un siglo XIX convulsionado (como cualquier otro, y sin embargo, con sus propias particularidades), ávido de registrar, lo que en otras artes jamás se había alcanzado a realizar, capturar con “fidelidad” la esencia pura del ser.
Importa poco (en este momento y sin que eso signifique que no sea interesante) para la gente espectadora “de a pie”, los tecnicismos con los que se pudieran abordar el análisis del fenómeno visual que, a partir del desarrollo de mejores tecnologías para la realización del cine y fotografía, llevaron a la masificación de su producción y del acceso a estás mismas.
Roland Barthes, nos incita en su texto El mensaje fotográfico, preguntando ¿Qué transmite la fotografía? Y yo agregó ¿Que expresa-refleja ese encuadre reducto del campo visual? ¿Cuales son las diversas interpretaciones que se pueden generar a partir de una imagen? Si, bien es cierto que la autoría de esa producción visual puede ser avalada a través de instituciones o círculos legitimadores del poder, el significado se genera a través de los intercambios simbólicos y semióticos entre quien es espectador y la imagen. El habla específicamente de la fotografía periodística, que ya instaurada en forma de tradición, hace uso de la cámara como herramienta indispensable de su labor informativa en pro de la veracidad, verdad y realidad que hay que señalar, van acompañadas de un sello de intereses e ideologías acorde tanto de propietarios de los medios de información, cómo de quienes se dedican a este oficio.
Pero quienes nos dedicamos a distintos oficios(sin ser especialistas de la imagen) no exentamos nuestra labor de este entramado simbólico, ahora viene a mi mente el recuerdo de mi camino en la fotografía. En mis tiempos adolescentes, no existían masivamente las cámaras digitales, así que me hice de una cámara en forma de lata de bebida gaseosa, había una necesidad en mí de registrar la evidencias de la vivido, una compulsión por no olvidar ningún detalle de los sucesos relevantes de mi existencia, no importo la forma de la cámara, sino los resultados. Tiempo después compre otra, con máscara más seria, y de igual forma, registraba lo que sucedía en mi vida, encapsulando momentos para no olvidar, ahí el primer señalamiento de mi autocrítica, años después veo esas fotos, algunas repetitivas y aburridas, otras interesantes, evidencia pues, de que los hechos sociales que me condujeron a filtrar lo que si fotografiar de lo que no, ahora me resultan inteligibles, extraños o ajenos a mi interés, en un autoanalisis, recordando con esas fotos, hechos que quedaron encubiertos bajo la sombra de las imágenes si capturadas.
En mi experiencia personal, durante mi formación en la antropología, herramientas indispensables se convirtieron, el diario de campo, una grabadora de voz, y por su puesto, para un grupo de personas, la cámara fotográfica, en principio, tuve una pequeña digital, la primera, era una novedad que pudiera grabar vídeo, voz y fotografiar, pero en el performance de la pose, que consistía en estar yo detrás de la cámara y el/la /los/las retratado(s)/a(s) de enfrente, no encajaba una pequeña cámara de turista, me hice(tiempo después, con mucho esfuerzo) de otra cámara, una “profesional”, que me abrió las puertas, de par en par, para ser testiga especial de todo aquello que en complicidad, ellos/ellas y yo, sabíamos que era digno de resguardar en forma de imagen, prueba de existencia y de toda realidad digna de heredar, para la posteridad.
Los textos leídos a través de las imágenes, trataran de convencer o por convención social, a algunas personas de lo que en primera apariencia reflejan, “la prueba fehaciente de la realidad”, sin embargo, para otras personas, habrá la reflexión de los códigos ocultos, subliminales, entretejidos o evidentes que se encuentran implícitos a la hora de ver algo que es tan inocente, tan puro, tan inmaculado de engaño, la fotografía.
Un tema provocador, intenso y excitante, el cual diariamente se ve transformado por las nuevas tecnologías, y los novedosos o reconfigurados usos socia-culturales.
1 Comentario
MIREILLE
Artículo dedicado a quienes disfrutamos infinitas veces detener el tiempo…
la fotografía es sin duda, el instante material cargado de símbolos, productora de sensaciones únicas para cada espectador y ente abierto a conocer.
La fotografía nos transporta de manera más inmediata al mar lleno de historias detrás. Afortunados somos quienes regalamos imágenes y belleza. Aplausos mimiza.
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