Efrén Tavero Jara/ Foto: Nuvia Mandarín
Edson Caballero Trujillo, cineasta y productor independiente oaxaqueño (desde hace 21 años, pues nació chilango y en la “temida” Iztapala) presentará su cortometraje Mixteco Now, este 3 de agosto en uno de los festivales más importantes para el cine documental, el Festival Présence Autochtone, a celebrarse en Montreal, Canadá.
Al respecto, Caballero cuenta, “Mixteco Now surgió a raíz de mi familia paterna, ellos siempre me hablaban de San Pedro Teozacoalco, que está en la Mixteca alta, de sus fiestas, de su carnaval , en febrero y marzo “
“De ahí me vino la idea de hacer un retrato de la identidad, de mi familia, que van a hacer presencia a su pueblo como migrantes. Los migrantes llegan allá en sus camionetas, hablando de cuantos negocios o cuánto dinero han ganado. En el pueblo tu puedes ver que hay una separación entre los lugareños y la gente que regresa.”
Para Caballero esta dicotomía ha suscitado un choque cultural que ha desprendido a la gente de sus raíces, de su tierra, de su lengua, de su vestimenta, incluso de su comida.
“Cuando fui al pueblo descubrí que en tiempos prehispánicos fue una fortaleza impresionante de mixtecos que resguardaban la zona. Hoy, de las fortalezas en la que ellos lucharon y vivieron, solo quedan ruinas, amorfas, perdidas, el juego de pelota ya está en malas condiciones. El INAH ni siquiera ha pasado por ahí.”
Mixteco Now es el recuento de los despojos de una cultura ancestral y milenaria, cuyo único vínculo con los tiempos que corren son un monolito destrozado y pintarrajeado.
Experimental, en blanco y negro, musicalizado por la banda chilanga de rock y jazz, Luz de Arriada, con un ritmo y una estética que hace recordar al ¡Viva México!, de Serguei Eisenstein, pero sin celebraciones, sin exotismos, sin afán de volver postal la decadencia.
“Se podía haber usado como música algo local y folclorista como el Son Mixteco pero no se pretendía hacer algo así. Nunca fue la idea mostrar al indígena como un <hay míralo pobrecito, ahí está trabajando y sufriendo>. Se trataba de hacer algo más homogéneo, sin esta visión tan antropológica , ni tampoco turística.”
Cabe recordar que el anterior largometraje documental de Edson Caballero, Atempa, sueños a la orilla del río, ganó el premio Click en el Festival de Morelia del año pasado, sobre el cual comenta:
“Ya se configuró para que tenga una buena visión para proyección en pantalla grande y se va a empezar a distribuir con Pragda, una distribuidora y productora de Nueva York con un sentido educativo, social y antropológico, cuyo público son las universidades.”
Atempa posee varios temas y sub temas que abarcan desde la feminidad hasta la diversidad sexual, y que pasan por el desarraigo y la lucha política.
Sobre si su largometraje llegará en algún momento al programa del poderoso festival de documentales Ambulante, Edson tiene sus dudas.
“Lo voy a proponer, es un círculo difícil. Cada vez tienen más barreras y filtros para acceder a ellos, Atempa ganó en Morelia, pero eso no significa que tengo acceso a las muestras de Ambulante”
“Se pretende que encaje ahí, pero el festival ha venido creciendo y cada vez hay más gente que quiere participar. Además de que la verdad creo que ya Ambulante es más bien un círculo social donde ya no acceden tantas personas”
“Se ha vuelto exclusivo, espero que Atempa entre, pero si no, no importa”.
En cuanto a las barreras que en general ha encontrado Atempa en su travesía por ser vista, Caballero responde, “hay gente a la que no le gustan los temas de diversidad sexual. Me he topado con gente que a pesar de que trabaja en Derechos Humanos, me dice que el tema no le convence .“
“Con quince festivales recorridos creo que a Atempa le ha ido muy bien, pero busco más oportunidades para mostrarla, el 2 de octubre se proyectara en un festival de cine de Venezuela.”
Entre sus proyectos más inmediatos Edson contempla el poder finalmente concluir, y que lleva grabando desde el conflicto social que hizo implosión en Oaxaca en el 2006, El juglar de los caminos, el recuento de una ruta que realizó un activista social por el sur de México y que atestigua las condiciones en las que se encuentra, no solo aquella parte, sino el país completo.
“Con Atempa pase por un proceso de ocho años, incluidos cinco años y medio de rodaje. Un día dije tengo que terminarla con dinero y sin dinero, y lo hice . Con El Juglar de los caminos, no será diferente.”