Texto y Foto: Alma Delia Cruz
El amaranto es una planta originaria de México que era cultivada a la par del maíz en la época prehispánica. Es de la familia de los quintoniles y está considerado como “falso cereal”, pues aunque es una semilla pequeña que contiene todas las propiedades de los cereales, no proviene de algún pasto, como el arroz o el frijol.
Este grano, comúnmente conocido a través de las “alegrías”, cuenta con propiedades nutritivas y facilidad para ser cultivado, pues se considera como una planta noble ante diversos terrenos, hasta arenosos y pedregosos que son con los que cuenta el Valle y la Sierra Sur de Oaxaca.
A pesar de ser de origen mexicano, el cultivo del amaranto no es común en nuestros días y solo crece de manera silvestre en algunas comunidades de los Valles Centrales, pues los españoles que llegaron a México, lo consideraron como una herramienta de culto y lo prohibieron, situación que hizo que la comunidad olvidara sus beneficios.
El amaranto puede colaborar a combatir la desnutrición, pues está comprobado que el consumo de una palanqueta –alegría- diaria durante tres meses puede hacer que un niño o niña salga de este padecimiento común en los pueblos marginados del Estado, aseguró el presidente del Consejo Directivo del Centro de Desarrollo Comunitario Centeotl, Nicandro Vázquez.
Este Centro decidió implementar una estrategia para volver común el cultivo para autoconsumo de la planta de amaranto y llevarlo a las comunidades más marginadas, en primer lugar de Zimatlán y del Estado.
“Creemos que el cultivo y el uso del amaranto tiene que ser estratégico para las comunidades” dijo el también coordinador del programa Estrategia Amaranto, durante un recorrido que dio a ORO División Noticias por los cultivos de esta planta y fábrica procesadora que se encuentran en las comunidades de Zimatlán de Álvarez, al sur de la región de los Valles Centrales.
Amaranto, alimento integral que combate a la desnutrición
Según Nicandro Vázquez, el amaranto es un alimento nutraceútico, lo que quiere decir que “al consumirlo el efecto positivo que se tiene en la salud es múltiple y mejora la situación nutricional”.
El amaranto contiene de 16% a 19% de proteína de calidad, pues tiene los aminoácidos esenciales que le hacen falta a los cereales y que el cuerpo humano necesita para sintetizar otros nutrientes, además es un porcentaje mayor que la que contiene la soya.
La diferencia entre la proteína de la carne, leche o huevo y la del amaranto es que es más fácil de asimilar, pues también contiene fibra, otra diferencia es que es mucho más barato sembrar amaranto que conseguir la carne.
La semilla de amaranto tiene altos contenidos de calcio y la hoja contiene hierro y ácido fólico.
Con respecto a su contenido de calcio, afirmó “el amaranto es recomendable para personas mayores y mujeres embarazadas que sufren de descalcificación y sobre todo para los niños que se encuentran en desarrollo”.
El hierro es un componente esencial para la sangre, por tal, el amaranto también ayuda a evitar la anemia. También es posible hacer té de sus hojas para detener las diarreas intensas.
“Los centros de salud dan a las mujeres en edad reproductiva pastillas de ácido fólico, con el amaranto ya no sería necesario consumirlas, pues tiene el contenido necesario para el desarrollo idóneo de bebés en el seno materno”.
El amaranto tiene alto contenido de fibra, un gramo equivale a alrededor de 1200 semillas con cascarilla, por lo tanto también puede ayudar con problemas digestivos, como gastritis o úlceras, dijo.
En general, el consumo del amaranto ayuda a reforzar las defensas de las personas, concluyó.
Comunidades cambiaron sus costumbres alimenticias con el amaranto
El amaranto es una planta fácil para cultivar, pero por lo general crece de manera silvestre.
Existen comunidades oaxaqueñas que mantuvieron la tradición de cultivarlo a la par del maíz, como Magdalena, San Isidro y San Mateo Mixtepec, Peras y San Inés del Monte que es donde Centeotl aprendió el proceso.
“Enseñamos a las familias a cultivarlo, les regalamos unas cuantas semillas y de lo que produzcan podrán sacar más para consumirlas y sembrarlas”, mencionó Nicandro Vázquez.
Dos de las comunidades productoras de amaranto más cercanas a Zimatlán son La Guadalupe y El Carmen, pertenecientes a Santa Inés del Monte.
En ellas se lleva a cabo el proceso de siembra y cosecha, dos productoras lo describen: Amalia Reyes Lucas de La Guadalupe y Gloria García de El Carmen.
La señora Amalia tiene siete hijos y lleva siete años cultivando amaranto.
Primero lo hicimos en un huerto familiar para consumir las hojas, después empezamos también a cosechar las semillas para venderlas o hacer alegrías y atole. Por lo general obtenemos dos costales, uno para consumo personal y otro para venderlo. Desde que descubrimos lo nutritivo que es el amaranto tratamos de tenerlo siempre a la mano, sobre todo para los niños y las niñas.
Por el contrario, la señora Gloria García es promotora de Centeotl en el Carmen desde hace 15 años, donde ha formado una cooperativa comunitaria para producir el amaranto para venderlo en forma de cereal.
Ella nos explicó el proceso de siembra-cosecha del amaranto “primero debemos preparar la tierra, la siembra se hace con el arado, una mezcla de abono y semilla. Tenemos muchas parcelas y nos gusta que se adapta al clima”
Después de cosechar el grano se limpia y se tuesta, de ahí lo venden en forma de cereal a Amaranto de Mesoamérica para el Mundo, informó
En cuanto a su consumo personal, también hace alegrías y utiliza harina para hacer agua y tortillas, además de usarlo para empanizar. Las hojas se utilizan para cualquier guiso o salsa, parecido a las espinacas.
En esta temporada, el amaranto al igual que otros cultivos, están sufriendo por la sequía, pero es posible que se pueda recuperar, pues es fácil que crezca muy bien, a pesar de los contratiempos, finalizó.
Productos derivados del amaranto y comercialización
La principal actividad del Centro Cultural Centeotl es enseñar a las y los pobladores a producir el amaranto, principalmente para el autoconsumo. Debiod a que es una Asociación Civil formaron Amaranto de Mesoamérica para el Mundo, S.C. dirigida por Mario Enrique Rendón Hernández, quien describe como un logro la inclusión del amaranto a la dieta de estas comunidades, quienes difunden la importancia del amaranto con sus familias. “la prioridad es que haya autosuficiencia alimentaria”
“intentamos difundirlo en escuelas, en centros de salud. Hemos tratado de posicionarlo como un alimento más, en lugar de solo como un dulce”.
Los principales productos que se obtienen son la semilla y la hoja, informó, la hoja para usarla en la cocina, en sopas, jugos, con huevo, entre otros y la semilla para hacer alegrías, atole y para volver a sembrar.
El amaranto debe tostarse para que pueda hacer efecto en el organismo, pues no funcionaría si se consume crudo.
Las dinámicas actuales hacen que la población prefiera consumir productos ya elaborados antes que tener que hacerlos por ellos mismos, por lo que esta cooperativa se forma para apoyar a las comunidades productoras comprando sus excedentes y generando estos productos, expuso.
El proyecto integral de Centeotl incluye la venta del amaranto como una alternativa nutricional, sino como una alternativa social para apoyar a las y los productores locales, dijo Mario Rendón, además de empezar a dejar de lado la comida chatarra que aun predomina en casa y escuelas.
El Centro de Desarrollo Comunitario Centeotl y el surgimiento de Amaranto de Mesoamérica para el mundo
El Centro de Desarrollo Comunitario Centeotl surge como proyecto de recién egresados, como un trabajo de barrio, donde las familias propusieron juntar el dinero y comprar productos de la canasta básica en volumen para conseguirlo más barato, a esto le llamaron, “Compras en Común”.
De ahí iniciaron un proyecto de “siembras en común”, donde las mujeres empezaron a producir hortalizas, incluyendo el método biointensivo para hacerlo de manera orgánica.
Cabe señalar, para los niños y niñas que acompañaban a sus madres a sembrar, diseñaron una opción para integrarlos de manera indirecta, comenzaron a reunir libros y juguetes tradicionales y formaron una biblioteca infantil, llamada “área de educación”.
También trabajan con créditos para negocios en estado micro, es decir, de entre un mil y dos mil pesos máximos, para familias de escasos recursos.
El proyecto “Estrategia Amaranto” surge en 1996, como apoyo para volver a las comunidades autosuficientes.
Comienza con los talleres para la siembra y autoconsumo del amaranto, pero al notar que tenían excedentes en su cosecha, decidieron formar la sociedad cooperativa, Amaranto de Mesoamérica para el Mundo que reúne los excedentes de productoras y productores y genera productos derivados.
Actualmente, Amaranto de Mesoamérica para el Mundo, dirigida por Mario Enrique Rendón Hernández, es autosustentable y se encarga del desarrollo rural de las comunidades productoras.
El objetivo a largo plazo de la cooperativa es que con las ganancias, puedan desarrollarse proyectos para sacar del rezago a los pueblos oaxaqueños, explicó Rendón Hernández.