Abraham A. Rasgado
Estado de excepción
Al caso Ayotzinapa se le ha dado, y seguirán dándole, numerosas lecturas, desde los más diversos enfoques ideológicos. Todas han balbuceado decenas de hipótesis, complots, probables culpables. Nada ha ayudado a esclarecer este asunto tan grave y que lastima a todo un país. Y ha sido así porque absolutamente nadie sabe lo que está pasando: ni los ciudadanos ni el gobierno. El sistema se está desplomando por las razones que ninguno conoce, y no hay visos de que se vayan a conocer. Porque todos los esquemas desde los cuales se ha examinado el caso Ayotzinapa, no son válidos para un estado de excepción como el que vivimos. Por eso mucho ofenden quienes le dan más astucia e inteligencia a los señores gobernantes por algo que ni ellos están enterados.
El Oso
Si Rusia no hubiese reincorporado Crimea y Sebastopol (sede de la poderosa Flota del Mar Negro de este país) a su territorio, y lo cual causó gran escándalo en el mundo occidental, EU habría descubierto otro caso para poder comenzar una guerra económica contra el país más extenso del planeta. Moscú respondió con un golpe fulminante a las pretensiones de Ucrania de llevar hasta las mismísimas fronteras rusas, y al mismísimo antiguo territorio de la URSS, la influencia y las bases militares de la OTAN, es decir, de EU. Comenzaron las sanciones contra lo que, demasiado tarde, Washington advirtió como el renacimiento de una potencia después de su colapso veinte años antes (es decir, que no hay derrotas definitivas). Para nadie es un secreto que la URSS estaba basada en el poderío ruso, tanto es así, que para efectos de derecho internacional, la Unión Soviética encontró en Rusia a su continuador (por ejemplo, el asiento permanente a que tenía derecho la URSS en el Consejo de Seguridad de la ONU como superpotencia, fue ocupado sin ninguna objeción, por los rusos). Vladimir Putin, a quien nos referiremos en una entrega posterior, advirtió con la seguridad de saberse jefe de Estado de un país con el orgullo recuperado, sobre las intenciones de EU de doblegarlo: “recuerden cómo terminó Hitler”. La guerra económica es muy fuerte, tanto así, que han afectado los precios de los energéticos, sobre todo del petróleo, para debilitar al gobierno de Putin. La administración Obama está abriendo un frente demasiado amplio (como el Frente Oriental para los alemanes en la Segunda Guerra), y China está a la expectativa, presto para dar un demoledor golpe al orden mundial.
Simulacros
La política local, soso es decirlo, ha quedado pasmada ante lo que está sucediendo en el país. Las listas para las elecciones federales de este año, son las listas de hace 15 años. Los mismos nombres, los mismos señalamientos, las mismas prácticas (si así se ha hecho siempre, hay que continuar haciéndolo así). El PRD y el PAN han quedado fusionados prácticamente con el PRI desde hace ya algunos lustros. Siempre se ha señalado, y parece que a nadie le preocupa, porque en el estado, como en el país, todos sabemos que todo es un simulacro, y simulamos estar inconformes, pero es eso solamente, un simulacro del cual viven muy bien muy pocos, y muchos aparentan estar contentos.