Rocío Flores/Fotografía: Territorio Score
OAXACA, Oax. Las letras, la poesía, fotografía y cine de Chile que exponen el arte como reflejo de procesos históricos y políticos, que hablan del cuerpo como ente político pero también de la esperanza, son ahora fragmentos, miradas con las que podrían construirse en el tiempo nuevas historias de los pueblos de América Latina.
La Feria del Libro en Oaxaca culminó el domingo sus actividades culturales dejando como legado su propia inspiración, la memoria.
Voces de la República de Chile charlaron con el público de Oaxaca. Escritores, poetas, cineastas y artistas chilenos compartieron durante diez días experiencias de la literatura y su quehacer artístico, hablaron desde el arte y contra el olvido.
A Oaxaca llegó el poeta chileno Raúl Zurita, uno de los más destacados escritores después de Neruda, para ser homenajeado. Resultó al contrario, el autor que asumió la poesía como una forma de resistencia ante el dolor y la muerte ofreció con sus letras un homenaje a los desaparecidos, a los torturados de Chile pero también a los desaparecidos de México y en general de América Latina.
En su homenaje leyó poemas de Anteparaíso, una obra en la que está el dolor por su patria y el llanto personal, que habla de Chile pero que por los gritos de dolor también alude también a los migrantes de México en Estados Unidos y a los 43 jóvenes desaparecidos en México, los estudiantes de la Escuela Norma Raúl Isidro Burgos.
América sigue siendo un “anteparaíso”, confirmó después Zurita ante reporteras y reporteros con los que se reunió en una breve pero emotiva charla donde una joven mujer que escribió canciones inspirada en sus letras, formada para recibir un autógrafo en su libro, terminó abrazándolo y sumida en un sentido llanto.
Zurita dejó una lección de humildad y fortaleza en Oaxaca, en una charla que bien pudo ser una cátedra.
Lo había sentenciado antes Vania Reséndiz, la directora de Fondo Ventura al pronunciar un discurso: “quienes caminarán por la feria en próximos días escucharán a Raúl y estoy segura que algo va a moverles en lo profundo”.
“La poesía no le puede tener miedo a la militancia política, la poesía no tiene que tenerle miedo absolutamente a nada. No hay nada de la experiencia humana que este fuera de ella… lo único que importa es el amor”, dijo con una rotunda sencillez el chileno.
“La poesía nació con el descubrimiento de la muerte” remató el poeta ante la prensa que evidenció de un modo u otro el impacto de sus palabras en sus emociones.
En un ejemplo de humildad respondió al cuestionamiento de un reportero sobre su opinión del Premio Nobel de Literatura al músico estadounidense Bob Dylan ¿Con qué autoridad los poetas y escritores podemos ningunear las obras de otros autores?
La literatura es quizá la mejor aliada de la memoria y en Zurita tuvo un gran impacto después de haber sido encarcelado y sometido a tortura en las bodegas del carguero Maipo por su postura política durante la dictadura de Augusto Pinochet.
“Yo no sé cuán sano o cuando demente soy ahora” resumió el poeta de esa experiencia.
“Todos recordamos todo, el gran problema es que se hace con esos recuerdos, el gran problema no es la memoria sino la incapacidad del olvido. Todos los recuerdos están ahí, el problema es que nos conformamos demasiado luego con su trivialización», apuntaría después el poeta al recordar episodios de 43 años atrás.
“Un pueblo, una nación, un país no pueden ser medidos por lo bien que están los que están bien, sino por lo mal que están los que están mal” musitó el poeta y resonó en Oaxaca. La literatura de Zurita tiene ese poder, preservar la memoria y con ello resignificar el presente.