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A los músicos de La China Sonidera los mueve la energía de la cumbia colombiana, el hip hop, el rock ranchero, la música clásica o la oaxaqueña, el vallenato, o el funk costeño, pero lo que realmente les une, es el sonido seco y penetrante del güiro. Dicen que es su herencia latinoamericana y la traen en el ADN.
Sus colegas y seguidores dicen que hacen cumbia contemporánea, pero ellos lo explican sencillo, “nuestra música no es más que una fusión de personalidades”.
La China Sonidera logra unir el rock y vallenato, o incluso algo de rock and roll de los 50, pero el sonido del güiro, de la guacharaca de la cumbia, es el centro de todo. Y también es el vínculo entre los integrantes y Oaxaca.
“Se escucha en la música de nuestros abuelos, nuestros padres, lo escuchan las niñas y los niños en todas las fiestas de Oaxaca. Oyen el güiro y aunque sean rockeros, metaleros o lo que sea, vas a ver a esos compas bailando en algún momento”, dice Kleiber Toledo, uno de los integrantes del grupo.
Está en nuestro ADN
Georgina Saldaña Wonchee, la vocalista.
Kleiber, el baterista, tiene la teoría de que en México hay grupos con esencia rockera que han triunfado, pero todos tienen algo latino. Pone como ejemplo a Caifanes y La Negra Tomasa. “Llenaba los lugares donde se presentaba. Panteón Rococó, Los de Abajo, Café Tacuba, todos son rockeros, pero tienen ahí “estas ondas tradicionales».
La cumbia del azar y del deseo
El azar y el deseo parecen gobernar el destino de La China Sonidera. Por un lado, el guitarrista y artista plástico Alfonso Barrera, llegó a Oaxaca huyendo de la música. Había estado tocando en grupos de rock en la Ciudad de México, pero un día decidió dedicarse solo a la pintura y vivir en este estado.
En 2008, Alfonso fue con Kleiber Toledo (batería y percusiones menores) a un concierto de las Kumbia Queers, una banda argentina de punk rock con cumbia y música tropical que se presentaba en el bar Café Central en Oaxaca. Fue tal el impacto de escucharlas que al final salieron pensando en mezclar géneros en la música.
“Tenían una energía muy poderosa. Y en la última canción que hablaba de zombies empezaron a escupir sangre de la boca y la gente se volvió loca, y yo también”, dice Alfonso entre risas.
Aunque ellos aseguran que La China Sonidera no es solo producto del azar, desde el inicio de su trayectoria hay algo de eso.
Georgina, la vocalista originaria de la Ciudad de México, llegó en el año 2000 a vivir un tiempo a Oaxaca; trabajaba como restauradora, pero tenía la idea, el impulso o la necesidad de cantar (no se sabe a ciencia cierta qué fue). Su padre era comunicador de profesión y también cantaba, al parecer ella le heredó ese gusto.
“Un día pensé, si mi papá canta y no es cantante de profesión, por qué yo no. Me puse a buscar una oportunidad, hasta que llegué a Ocotlán de Morelos, Oaxaca y ahí estuve con la idea de integrarme a un grupo. Este pueblo es un mercado enorme de música versátil, siempre hay fiestas”
Estuvo viviendo en esa población por unos meses, después se tuvo que ir a Xalapa, Veracruz, sin haber encontrado un grupo para integrarse. Cuando volvió a Oaxaca buscó ubicarse como corista, o vocalista. Un día hizo casting en un grupo y la aceptaron. “Ahí estuve un tiempo hasta que decidí que eso era lo mío”. Pero su verdadero deseo era hacer un grupo de música tropical, cumbiero, aunque no era fácil encontrar a alguien que tuviera esas mismas ganas.
En 2009, Georgina y Alfonso se conocen y comienzan a planear sobre sus coincidencias. Alfonso (Poncho) venía de una escuela del rock, pero desde morro quería tocar el tres cubano en una banda de salsa y tenía un gusto por la cumbia peruana, que se caracteriza por tener una guitarra “muy sicodélica”, según cuenta.
También se sentía atraído por lo que hacía el músico mexicano Rigo Tovar, el padre de la música grupera y tropical, quien introdujo guitarras eléctricas, sintetizadores, bajo eléctrico, efectos de «sampleo» dentro de la música tropical y la cumbia.
Así, “por azares del destino me presentaron a Poncho y pensé: con este cuate se puede hacer un sueño común. Un día fuimos a un concierto de la Sonora Dinamita y días después me dijo ya tengo al baterista, y era Kleiber”, platica Georgina.
Con el tiempo se fueron integrando otros músicos. Empezaron tocando covers para “probar cancha”, luego fueron las cumbias peruanas, tradicionales, colombianas. También tuvieron sus fallas o desaciertos.
Queríamos hacer cumbia, pero nunca nos salió”
“Pasaron unos 25 músicos, veían que estábamos bien pollitos y se iban, o tenían otros trabajos”, relatan los integrantes durante la charla.
Un día llegó Arquímedes Mora (bajista), quien luego de experimentar con los músicos los sentenció: “si ustedes no tocan música propia me voy, ya me harté de tocar covers”.
Ahí fue cuando nació La China Sonidera. Georgina y yo decidimos hacer canciones nuestras”, dice Poncho.
Luego se integró Marko, un italiano, así como Jaciel y Coco (este último es el director musical hasta la fecha), dos jóvenes formados en la música oaxaqueña. “Ya de ahí no paramos”, sueltan todos entre risas.
Aunque para los oaxaqueños, tocar con La China Sonidera era solo un hobby. Tenían cierta resistencia a dejar su trabajo “formal” para dedicarse de lleno a la música, pesaba ese estereotipo que se tiene de los músicos a nivel global.
“Siempre nos decían que no se puede vivir de eso. Pero yo empecé como veterinario y terminé siendo músico, creo que desde niño lo traía, pero fue hasta después de los 15 cuando me decidí”, dice Jaziel de 22 años, el más chavo del grupo.
Cumbia de Oaxaca para el mundo
Conseguir su verdadera esencia les ha llevado tiempo. Han tenido que romper con algunas ideas que de alguna manera limitaban su talento.
“Hemos estado fluyendo en lo que somos ahora. Antes queríamos hacer cumbia tradicional y nos enfocábamos en eso, pero llegó un punto que ya no pudimos. Queríamos hacer cumbia, pero nunca nos salió”, dicen irónicamente.
Ocho años después, los músicos de La China Sonidera han logrado proyectar una cumbia original, fresca y divertida; suena a funk, rock, vallenato, gitano, reggae o hip hop, pero básicamente, está definida por el penetrante sonido del güiro y un sabor muy oaxaqueño.
“Al final de cuentas habrá quien la escuche y diga que no es cumbia, pero nosotros hemos estado fluyendo, al principio nos sujetábamos a un género, ahora solo hemos dejado que la banda crezca sola”, concluyen los músicos.
Hasta el momento, La China Sonidera lleva dos discos de estudio; ComboCumbia y el más reciente Interranchonal, título que hace referencia al movimiento, a los viajes y a la multiculturalidad. En palabras de sus integrantes “a la música de otros ranchos”.
La China Sonidera
Integrantes: Jaziel Domínguez , Alfonso Barrera, Coco Santiago, Georgina Saldaña Woonchee, Kleiber Toledo, Alejandro Rojas.