MAGDALENA, OCOTLÁN, Oax. A los habitantes de esta comunidad zapoteca les preocupa las lluvias, 一algo raro entre campesinos y agricultores一 temen que el agua arrastre el lodo contaminado que dejó el derrame de la minera en octubre pasado, o que nuevamente desborde y los líquidos tóxicos de la estructura de contención o presa de jales contamine el pozo de donde toman agua más de 2 mil 500 personas.
Hace cuatro meses, un derrame de líquidos tóxicos enturbió el río el Coyote y el retén de agua que sirve para el pastoreo de animales. Desde esa fecha se interpuso la denuncia BP/1092-18 ante la Procuraduría Federal del Medio Ambiente (Profepa) y se dio parte a la Conagua, levantaron un muestreo del agua. La Defensoría de los Derechos Humanos de Oaxaca instó a las autoridades a dar una solución. Hasta la fecha no saben nada del resultado.
La Conagua informó que tras el derrame se inició un procedimiento contra la minera, coordinados con Profepa, la cual tendría que investigar la contaminación en torno al suelo, pero aún está en proceso por lo que no están facultados para hacer público el diagnóstico y la resolución del caso.
La desconfianza en las autoridades movilizó a las autoridades y con el apoyo de OXFAM realizaron un análisis del agua independiente. Según el estudio (del cual se tiene copia) el agua aumentó los niveles de metales pesados como aluminio, y manganeso, entre otros.
“La Conagua también mandó a pedir un estudio. Los resultados lo mandaron en diciembre, pero nos engañan, no es el que se requiere, es de tipo bacteriológico, creen que como no tenemos estudios hay ignorancia”, expone Rubén Sánchez, integrante del Cabildo, visiblemente indignado.
La presa de jales está ubicada aproximadamente a un kilómetro de sus tierras ejidales y del lugar donde se ubica el pozo para consumo humano. Por lo pronto los habitantes toman agua del río, pero con un temor latente.
Nuestro temor es que los animales se toman esta agua, y nosotros consumimos la carne, indirectamente también nos estamos contaminando. Pedimos que nos laven el río, y la olla de captación porque de aquí tomamos agua para el abrevadero del ganado, de los chivos, borregos, toros, vacas, caballos y burros. La situación económica es muy crítica, no tenemos dinero para estar comprando agua”, cuenta Francisco Rosario, regidor de Obras.
A San José del Progreso llegó la minera, pero en Magdalena Ocotlán no ha podido entrar. Los habitantes explican que se debe a que se han negado a aceptar los programas Procede y Fanar, a través los que cuáles se modifica legalmente las tierras ejidales en títulos parcelarios y por eso nadie puede hacer uso de esas tierras en beneficio privado.
A pesar de estar regida por el sistema de Partidos Políticos, en esta comunidad de los Valles Centrales, la máxima autoridad del pueblo sigue siendo la Asamblea, igual que en 417 municipios en donde mantienen el régimen de usos y costumbres o también llamado Sistemas Normativos Internos. Todo tiene que ser consultado entre la gente del pueblo y registrado en un acta.
Durante los 12 años que lleva la minera Cuzcatlán Filial de la canadiense Fortuna Silvers se han negado a cambiar los títulos de sus tierras, por esta postura quedaron excluidos de los beneficios de algunos programas federales.
Hemos estado luchando, hemos sufrido represión de parte de los gobiernos estatales anteriores, pero no podemos estar callados sabiendo que a la larga nuestros nietos serán los afectados”.
La minera Cuzcatlán SA de CV. fue fundada en el 2006
De la empresa nunca han recibido ni informe, ni han tenido comunicación con ellos. Comentan que apenas en diciembre simularon una consulta con funcionarios de la Procuraduría Agraria. Tampoco han tenido noticias de los nuevos funcionarios del gobierno federal que debían atender los asuntos de los pueblos indígenas, quienes están facultados para escuchar sus demandas.
A nombre del pueblo de Magdalena Ocotlán, las autoridades piden al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador cancelar la minera Cuzcatlán ubicada en la comunidad vecina. Dicen que además de llevarse el oro y la plata que extraen del estado y de la nación, están dejando contaminación a sus tierras y ponen en riesgo la vida de las familias y de las nuevas generaciones. “Más adelante van a necesitar más agua para limpiar los metales y van a buscar de donde sacarla, advierte uno de los pobladores, como previniendo el escenario.