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Foto: Carmen Pacheco
En Tamazulápam del Progreso, una comunidad ubicada a 152 kilómetros de la capital del estado, la autoridad comunal ha decidido apostar a la conservación de sus áreas naturales, como medida para la participación social de sus habitantes y para preservar el título “El Oasis de la región mixteca”, un nombre que se les ha conferido por los manantiales en su territorio.
Parte de la labor del Comisariado de Bienes Comunales está enfocada en el cuidado de los manantiales que se ubican en sus territorios y la reforestación de sus tierras. Recientemente organizaron actividades de tequio con las comuneras y comuneros, de las agencias que comprenden ese municipio, y lograron sembrar más de 1,200 árboles en una jornada de apenas un par de horas.
Desde las siete de la mañana iniciamos, dice Laura Linares, la presidenta del Comisariado y la primera mujer en asumir esta responsabilidad en esa comunidad. Ella explica que las tierras abarcan una extensión de 18 mil hectáreas, donde se ubican al menos unos 28 manantiales, uno de los más grandes, irriga, es decir, riega agua sobre la tierra o sobre los árboles en un radio de entre 300 y 400 hectáreas. Y el resguardo y la vigilancia de esos recursos es parte de la responsabilidad que asumió.
«Todo corre a cargo de la autoridad comunal, a través de los comités de riego. Y lo que queremos con los manantiales es comenzar a darles vitalidad. En el manantial central inicia la historia, es una área delimitada, pero tenemos que trabajar en su mantenimiento”
Don Joel Bautista Herrera, quien ha sido parte del Comité de Riego, asegura que lo más importante es trabajar en comunidad para preservar sus recursos. Asegura que las agencias han puesto siempre empeño en mantener en las tierras a base de los tequios.
Laura observa que entre más urbanizada está la población es menos participativa, y ese ha sido uno de los inconvenientes para seguir con su labor, pero se mantiene firme. Don Joel dice que gracias a esa firmeza ella ha ganado el reconocimiento de la Asamblea, “cuando uno demuestra algo bien hecho, se gana el lugar”, apunta. Aunque reconoce que ya estando en el lugar es muy complejo enderezar algo que ya estaba mal.
Sobre las actividades de reforestación comenta que estas permiten a los habitantes mantener el vínculo con la tierra que les vio nacer y, de alguna manera, evitan más migración. Aunque no siempre es así. Hay casos como el de su hijo, quién motivado por un supuesto empresario y ex candidato a gobernador por Oaxaca, quien le ofreció trabajo, decidió migrar a otro estado. Finalmente todo fue un engaño y tuvo que seguir su camino hacia Estados Unidos.
La historia de este pueblo, como muchos otros pueblos en Oaxaca, está trazada también por un problema territorial de al menos unos 80 años con Teotongo, la comunidad vecina. Tamazulápam limita al norte con Teotongo, Santiago Huajolotitlán; al sur con San Andrés Lagunas; al oriente con Villa Tejuapam de la Unión y San Pedro Yucunama; al poniente con San Andrés Dinicuiti y San Pedro Yucunama.
“Hay conflictos por los límites. Es un problema que no se ha logrado resolver. Yo viví parte del conflicto en la época de mi bisuabuelo Marcelo. Alguna vez me tocó ir con él donde estaba la línea”, cuenta Laura.
Don Joel recuerda que en 2006 tumbaron las mojoneras y pusieron otras en el territorio de Tamazulapam. Por eso ahora se mantienen pendientes de cualquier cosa que les reporten.
“Tenemos ese cuidado porque sino en cualquier momento se pueden llegar a posicionar del lugar. Por fortuna desde esa fecha no ha habido otro conflicto”.
Tanto don Joel como Laura aseguran que estos conflictos son derivados de situaciones políticas, de factores externos a la comunidad, porque realmente las comunidades son tranquilas. No es una zona de conflicto porque básicamente es una zona migratoria, muchos de sus habitantes se desplazan a buscar mejores condiciones de vida a la Ciudad de México.
La mixteca es una región de migrantes, su destino principal es Estados Unidos , pero la región Chocolteca generalmente migra a la Ciudad de México o al estado de Puebla. Y en la fiesta patronal regresan a celebrar.
El trabajo de las autoridades comunales se enfrenta a varios retos. Manuel Santiago Flores, tesorero de Bienes Comunales cuenta que una de las dificultades principales es con las autoridades municipales que quieren ejercer derechos sobre algo que no les corresponde.
Tamazulápam tiene aproximadamente 40 años que se rige por partidos políticos cuando comenzó el PRI fue el primer partido en el poder. La figura del Comisariado de Bienes comunales se retomó apenas hace siete años.
“Nosotros somos los terceros y desde entonces no se ha logrado limar asperezas y aclarar situaciones comunes, en la teoría dijeron que sí, pero en la práctica no se ha hecho nada”, comenta el tesorero.
Un ejemplo de esas dificultades para el cuidado de sus tierras es que llegan habitantes y piden una calle y ahí va la máquina de ellos a poner la calle. Nosotros decimos que no porque no tienen documentos para asentarse ahí, pero la autoridad dice sí y ahí comienzan los abusos de autoridad.
El problema, sostiene Laura, es que, regularmente, los partidos políticos obedecen a otros intereses y no están pensando en los beneficios para la comunidad a mediano y largo plazo.
En las administraciones anteriores han sido de mucha tibieza, estaban muy sujetas a las políticas estatales o federales, eso les limitaba mucho. Pero el núcleo agrario tiene su autonomía, asegura Laura, de profesión administradora pero con gran apego por lo comunal.
“Yo lo veo mal, porque ellos que tienen que tomar decisiones la toman pero para beneficio de ellos, pero no de la comunidad “, dice don Joel.
A pesar de todo, hay expectativa con el nuevo gobierno municipal, cuyo presidente electo, afiliado al Partido del Trabajo, entrará en funciones el 1 de diciembre para encabezar a la autoridad municipal en esta población ubicada en la Mixteca oaxaqueña, una zona de gran importancia a nivel mundial, biológica y culturalmente, por el número de especies de flora y fauna endémicas custodiadas por comunidades mixtecas, triquis y chocholtecas.