Texto y Fotos: Lourdes José Pérez
A diferencia del año pasado por la pandemia del covid-19, hoy en Oaxaca se percibe un ambiente distinto con motivo de la festividad de Fieles Difuntos o Día de Muertos.
En los mercados, como el de Zaachila y la Central de Abastos, así como en los cultivos de flores, las familias acuden con todos los cuidados necesarios para adquirir los productos para sus altares y para la preparación de los platillos típicos de esta tradición mexicana.
Precisamente en estas fechas, las familias que han vivido tiempos difíciles, tristes y dolorosos por la pérdida de un ser querido esperan a sus seres amados, como parte de las tradiciones más arraigadas en los pueblos de Oaxaca.
Los frutos y flores cosechadas en Santa María Roalo, en la agencia de Trinidad Zaachila y en la Ciénega Zimatlán son muestra de esta práctica cultural tan viva en el estado.
Las familias llevan a sus altares las flores de muertos y borlas con fervor o una actitud de veneración; ofrendan el pan, chocolate, mole, y una diversidad de frutas, como la jícama, semillas y bebidas, como el cacahuate, la nuez, mandarinas, cañas, mezcal, etcétera, todos esos alimentos que vienen de estas tierras y que degustaron alguna vez en vida.