Las lenguas son un puente para ponernos en contacto con diversas realidades culturales, destacó este jueves el director del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM David García Pérez, durante la inauguración del Coloquio de Lenguas Otomangues y Vecinas 2023 inaugurado este jueves en la ciudad de Oaxaca.
El investigador de este Instituto de la UNAM —el cual se dedica al estudio de la lengua y de las palabras en diversas culturas desde las culturas griega o romana y desde luego en las lenguas originarias del país—, considera que este coloquio permite que desde la lingüística se pueda llevar a cabo un análisis puntual de estas lenguas que se hablan en la región de Oaxaca en sus diversas variantes, y abona para la preservación.
Destaca que sobre todo, la posibilidad de poner en contacto diversas realidades culturales. Del Coloquio de Lenguas Otomangues y Vecinas 2023, en el que participan tanto integrantes de la Academia como hablantes y gente activa de las comunidades, señala la importancia de romper estas narrativas que señalan una distancia entre la academia y las personas hablantes o nativas de ciertas lenguas.
“A veces parecería que hay un cierto divorcio, pero no es así hablando de cualquier lengua, todos somos usuarios todos, somos partícipes de nuestras lenguas, lo que uno habla, lo que uno dice del mundo con su propia lengua”.
García Pérez recuerda que hace muchos siglos el escritor Dante Alighieri nombraba a la lengua materna como lengua vulgar, pero no en el sentido peyorativo, sino de lo que habla el pueblo o la comunidad. Por ello indica, si hay un académico o lingüista especializado y hay algún hablante nativo de una lengua, se trata de fomentar esa riqueza, ese diálogo.
“El especialista le da nombre a estos fenómenos lingüísticos que son de nosotros, de todos, hablemos una lengua Otoman o de origen latino o semita, no existe y no debería haber una separación en ese en ese caso”.
Se dice que los investigadores están solo en sus cubículos trabajando que hay una distancia con la gente. No es así, abunda David García Pérez, y cuestiona: qué podría ser un investigador que pretenda llevar a cabo un trabajo serio sobre una lengua originaria de nuestro país, si no entra en contacto con esa realidad. La lengua no existe en un universo acético, eso no existe, la lengua es del ras de tierra hacia arriba.
La lengua, resume, es lo que decimos cotidianamente en la calle, en el mercado, en la escuela, la lengua es un vehículo y nos lleva a todos a comprendernos unos a otros. El uso de la palabra y las lenguas nos comunica, nos pone en contacto con el mundo de los otros.