Ojalá el caso MACO (Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca) fuera el watergate cultural oaxaqueño para que, así como aquel escándalo destapó, a partir de junio de 1972 y hasta agosto de 1974, la cloaca política que involucró al presidente estadounidense Richard Nixon en su afán de reelegirse y que terminó con su renuncia, salga a flote lo que sucede con los comodatos o préstamos de inmuebles a las asociaciones de amigos y fundaciones que supuestamente realizan una labor cultural en la entidad.
¿Cuántos comodatos y asociaciones de amigos de tal o cual inmueble público convertido en centro cultural hay en Oaxaca?, ¿cómo se decide a quién y por qué dárselos o cómo se conforman esas agrupaciones toda vez que, como sabemos, en México reina la discrecionalidad y el tráfico de influencias?, ¿cómo se mantienen económicamente?, ¿cuál es el porcentaje de dineros públicos estatales o federales que reciben, que han recibido?, ¿por qué los reciben, si son gente con gran poder económico?
¿Por cuántos años son los préstamos y por qué se dan?, ¿para qué sirven?, ¿quiénes conforman esas asociaciones y fundaciones?, ¿cómo funcionan?
¿Qué beneficios aportan cultural y socialmente hablando?; en otras palabras, ¿qué tanto, en realidad, son lo que dicen ser y qué tanto vuelven negocio particular el inmueble público en comodato y todo lo que implica y genera el centro artístico respectivo, por ejemplo, la proyección de un artista y/o la venta de obra?, ¿qué tanto lucran en nombre de la sacrosanta cultura para incrementar sus riquezas económicas ya de por sí obscenas?, ¿qué tanto, pues, hacen negocios privados con recursos públicos?
Como es sabido, en México, en el estado de Oaxaca, en cualquier municipio, lo que importa son los intereses económicos y las conveniencias laborales, y dado que mientras más poderosa y adinerada es la fundación o la asociación de amigos equis, más difícil resulta saber cómo maneja su comodato o su asociación, no estaría nada mal que el gobierno oaxaqueño tomara el caso MACO como punta de lanza para investigar y transparentar los demás comodatos y las otras tantas asociaciones de amigos equis que hay en el estado.
Sobre todo tomando en cuenta que el comodato por el que la Fundación Alfredo Harp Helú tiene en préstamo la llamada Casa de la Ciudad (ubicada en la esquina de las calles Porfirio Díaz y Morelos, colonia Centro) por 20 años está por terminar, pues fue el 14 de noviembre de 2003 cuando el entonces presidente municipal de Oaxaca de Juárez, Gabino Cué Monteagudo, sometió a la consideración del Cabildo la entrega del inmueble a las asociaciones “Amigos de Oaxaca” y “Oaxaca Sicarú”, ambas vinculadas con aquella fundación.