A pesar de los esfuerzos sociales para enfrentar el deterioro social y ambiental, en los Valles Centrales de Oaxaca se ha perdido un tercio de la cobertura natural en las últimas cuatro décadas, según reporte del Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca (INSO).
Juan José Consejo Dueñas, integrante de la Secretaría Técnica del Foro Oaxaqueño del Agua y del INSO, indica que en esta región en los últimos años se han acentuado los incendios, la erosión y la contaminación. Aunado a eso las presiones de la expansión urbana crecen.
Un ejemplo reciente es el intento, en el cabildo de Oaxaca de Juárez, de derogar un acuerdo que mantiene suspendidos los trámites y autorizaciones de cambio de uso de suelo en la zona de reserva ecológica del municipio capitalino.
Tanto Juan José Consejo como la misma Consejería del estado y habitantes de la zona colindante con la reserva, coinciden en que hay intereses inmobiliarios que pugnan por eliminar las restricciones ambientales para sus beneficios, a pesar de los instrumentos legales y administrativos que se han creado para frenar la destrucción.
Esto ha derivado en inconformidades y confrontaciones entre ciudadanos y ambientalistas, pero también ha permitido llevar la discusión a la conservación de la cordillera norte, ya que según el ambientalista, no solo se trata del Cerro del Crestón y del Cerro del Fortín, los cuales representan solo una fracción de ésta.
La cordillera es una de las regiones prioritarias de conservación de México por su gran patrimonio biocultural. De acuerdo con el especialista y director del INSO, su papel es clave en el abasto de agua y la regulación climática. Además cuenta con gran potencial productivo. Por ello es decisivo protegerla.
Consejo Dueñas considera que es vital entender la relevancia de esta cordillera, primero para ir contra el mito de la escasez del agua porque, dice, es una construcción social, “ si no hay agua por qué se abastecen las pipas». Al mismo tiempo para entender que la crisis climática de la que hablábamos ya es una condición actual que tenemos que atender.
El aporte de la cordillera es el agua, 一llueve 90 metros cúbicos de agua por segundo, que en general no podemos aprovechar一, por eso exigen una perspectiva de cuenca hidrológica que permita gestionar bien el suelo, la cubierta vegetal, los animales y los ecosistemas en general. También implica orientar las políticas públicas sobre el agua, asegurarse de que cualquier proyecto u obra pública en la cordillera sea integral, sustentable, que cumpla las leyes, que sea concertada y que su ejecución sea transparente.
«Es el último macizo forestal de la región», destaca el ambientalista. Comprende alrededor de 50 mil hectáreas en 10 municipios, entre ellos Santo Domingo Tomaltepec, Guelache, Tlalixtac de Cabrera, la zona metropolitana de Oaxaca de Juárez y las agencias San Felipe del Agua y San Luis Beltrán, Huayapam y San Agustín y San Pablo, Etla, entre otros.
En este contexto, la secretaría técnica del INSO pide a las autoridades de los tres niveles de gobierno y del Poder Legislativo, declarar prioritaria para la región Valles Centrales la protección de la cordillera norte.
No obstante aclara, la conservación debe contemplar el compromiso de respetar derechos legítimos de posesión y propiedad de particulares, núcleos agrarios y comunidades, así como el derecho humano colectivo a un medio ambiente sano.
«Y aunque lo incluye, no es solo un llamado al gobierno sino a la ciudadanía, porque nos toca a todos. Requerimos acciones decididas y urgentes, pero a la vez orientadas a la solución de fondo: un plan concertado para el conjunto de la cordillera», indica.