El Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo inauguró su primer ciclo de exposiciones, con imágenes del movimiento armado que hace tres décadas irrumpió en el escenario nacional e internacional, para demandar la reivindicación de sus derechos como pueblos indígenas de México.
La muestra titulada 30 años del EZLN, memoria de una lucha está compuesta de 56 fotografías de los primeros años de la insurrección de los pueblos tzeltal, tzotzil, chol y tojolabal contra el gobierno del entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, que en respuesta envió al Ejército para contenerlos.
Las imágenes de Patricia Aridjis, Ángeles Torrejón, Marco Antonio Cruz, Antonio Turok, Raúl Ortega, Alberto Ibáñez El Negro y Juan Carlos Reyes hablan de la lucha de los pueblos indígenas de Chiapas por una vida digna, trabajo, alimentación, salud, educación, justicia, paz y la reivindicación de la propiedad de sus tierras arrebatadas.
“Todos (las fotógrafas y fotógrafos) estuvieron desde el inicio. Pensamos que ahora son los indicados para contarnos cómo vivieron la experiencia”
Fausto Nahúm Pérez, director del CFMAB
Ellos estuvieron cubriendo directamente este levantamiento zapatista que marcó históricamente al país.
Fausto Nahúm Pérez considera que la lucha que iniciaron los zapatistas el 1 de enero de 1994, también es un hito en la fotografía documental y en el fotoperiodismo.
Las imágenes nos permiten observar los diferentes roles que asumieron las mujeres indígenas como integrantes del Ejército, como madres y cuidadoras de sus territorios, también nos acercan a los largos y sinuosos caminos recorridos para hacer frente.
Alberto Ibáñez El Negro cuenta que en 1994 algunos fotógrafos como Antonio Turok y Raúl Ortega estuvieron ahí casi permanentemente, mientras que otros fueron solo por estancias largas que sirvieron para documentar los primeros doce días.
Para él uno de los momentos más fuertes fue el desmantelamiento de los municipios autónomos. “Fueron los momentos de más agresión a las comunidades, hubo una masacre de indígenas en la que también mataron a niñas, niños, después comenzaron a organizarse los campamentos de desplazados», relata.
La muestra tiene la intención de poner en contexto la manera de documentar los acontecimientos, a pesar de los riesgos y con la tecnología de ese entonces, y permite la reflexión sobre las causas de este movimiento que a 30 años siguen vigentes.
30 años del EZLN, memoria de una lucha estará en el CFMAB hasta el 3 de marzo de este año.
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