La doctora recibirá el reconocimiento ciudadano ‘Mujer Oaxaqueña 2024 Sara Artemisa Brena Torres’ por su labor en la promoción de las lenguas indígenas en el área de Salud este 8 de marzo Día Internacional de las Mujeres
María de Lourdes Martínez Gómez es médica anestesióloga originaria de San Bartolomé Quialana, Tlacolula, es hablante del zapoteco de valle su lengua materna, se ha ocupado en conformar y coordinar una “tropa” de intérpretes y traductores en el Hospital Regional de Alta Especialidad de Oaxaca que ayuda a los pacientes a recibir un trato médico más digno.
Desde el inicio de su carrera ha trabajado por hacer que las lenguas indígenas se escuchen en los hospitales porque sabe que la calidad de atención es mejor si a los pacientes se les habla en su lengua, pues esta crea un vínculo de confianza y empatía.
“Ellos vienen sufriendo de un lugar muy alejado, dejan todo, dejan su familia y llegan acá con un bloqueo que es la barrera del lenguaje. Se regresan igual porque no entendieron nada, porque no tienen dinero para los medicamentos, etc”
María de Lourdes está convencida que hablándoles en su lengua, dándoles la información de la manera correcta ellas o ellos van a poder curarse, regresar a su población y evitar mayores gastos.
Su mayor reto y satisfacción es abonar a la gente que llega de las poblaciones de Oaxaca a hacer efectivo su derecho a la salud, un derecho constitucional que a pesar del tiempo no se concreta en Oaxaca, porque adolece de intérpretes en este campo de la ciencia y la salud.
“Eso es lo que yo quiero, que la gente sepa que tiene derechos a un expediente clínico, a una información oportuna y veraz, que hagan uso pleno derecho su derecho a la salud”
La médica anestesióloga tiene el objetivo de que cuando el o la paciente llegue a urgencias sean atendidos en su lengua, porque actualmente no pueden decir dónde les duele, no se pueden expresar bien por el pudor o la pena.
“Necesitamos de todas las lenguas en hospitales»
María de Lourdes Martínez Gómez
La “tropa” de al menos 25 enfermeros, enfermeras y camilleros que coordina, hace una labor fundamental hablándoles en zapoteco, mixteco, mixe, chinanteco para que las o los pacientes se sientan con más confianza y puedan decir lo que sienten y entonces se pueda hacer un diagnóstico real y poder dar el tratamiento adecuado.
«A eso me dedico en mis tiempos libres», dice con cierta sencillez la médica anestesióloga, quien ha cursado diplomados en administración de hospitales, interpretación y traducción de lenguas indígenas, entre otros, una Maestría en Docencia y un Doctorado en Ciencias de la Educación e Innovación Educativa en el años 2022.
Distintas asociaciones defensoras de las lenguas originarias como Cepiadet han señalado la importancia de traductores en los hospitales, ya que abonan a mejorar el servicio. A pesar de que su presencia ayuda a tener una comunicación asertiva con el médico y a disminuir la sensación de miedo, estrés, ansiedad e incomprensión por parte del paciente, en Oaxaca según los datos del gobierno federal apenas son 124, pero no hay un registro estatal de cuántos están en el área de salud.
Por eso la entusiasta médica pone énfasis ahí: “Necesitamos de todas las lenguas porque es una gran población que recibimos. Eso permitiría no solo el bienestar del paciente sino del médico, porque así sabemos que cumplimos con nuestro trabajo y lo hicimos bien”.
En el año 2018 la médica fue coautora del libro Traducción e interpretación de las lenguas indígenas y de la Guía práctica para el alivio del dolor y cuidados paliativos, publicados en zapoteco y en español. También creó un glosario médico en zapoteco de San Bartolomé Quialana, Tlacolula.
Parece que no se cansa de proyectar, cada año va a las comunidades a informar a las mujeres en su lengua sobre la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, una enfermedad que padecen muchas oaxaqueñas por exponerse al humo de la leña. “Es eso el derecho a tener un intérprete en salud», concluye.