Cartón: Hernández
El banquero Ricardo Salinas Pliego se hace llamar “El Tío Richie” en los posts de odio que publica en la red X. Detenta una fortuna cercana a los diez mil novecientos millones de dólares. Durante 2024, hizo campaña contra las medidas con que la presidencia de Andrés Manuel López Obrador busca cobrarle los más de sesenta y tres mil millones de pesos que el empresario adeuda al Servicio de Administración Tributaria del gobierno mexicano.
El apodo que se autoasignó el banquero y dueño de tiendas departamentales deriva de dos personajes de caricatura: Uncle Scrooge, creado por Walt Disney, que en español es conocido como “Tío Rico”, y Richie Rich, creado por Alfred Harvey y Warren Kremer, que en español resulta “Ricky Ricón”. Ambos personajes se caracterizan por sus ofensivos capitales; pero mientras Tío Rico es un avaro codicioso, Ricky Ricón gasta a capricho sus caudales.
Salinas Pliego se asemeja mucho más al Tío Scrooge, cuyo apellido es sinónimo de avaricia y codicia en inglés, derivado del personaje que Charles Dickens ideó en 1843 para su famoso Cuento de Navidad. Salinas Pliego es dueño de Elektra, cadena de tiendas de crédito que obtienen de sus clientes ganancias exorbitantes mediante ventas en abonos, tristemente célebre por sus métodos de cobro, que permiten calificarlos como usura.
El Grupo Salinas que lidera “El Tío Richie” (fundado por su abuelo Hugo con la denominación Salinas y Rocha) se enriqueció desmedidamente a raíz de la adquisición, en 1993, del paquete de medios que ahora se conoce como TV Azteca. Coaligado con los diferentes presidentes priistas y panistas —desde Carlos Salinas de Gortari, pasando por Vicente Fox y Felipe Calderón, hasta Enrique Peña Nieto— TV Azteca transmitió propaganda oficial como si fueran noticias. Por ello, durante un cuarto de siglo el grupo empresarial obtuvo contratos millonarios de los gobiernos.
A partir de 2018, con López Obrador en la presidencia, los descomunales contratos para TV Azteca y los beneficios para otras empresas del Grupo Salinas comenzaron a desaparecer, mermando al oligopolio. En 2023 el gobierno mexicano comenzó a presionar al magnate Salinas para que pague los más de sesenta mil millones de pesos que adeuda al fisco.
El hasta entonces dócil servidor de la presidencia de la república replicó con una campaña en sus medios y en los de la derecha para descalificar la administración lopezobradorista. Aprovechando la campaña presidencial de 2024, atacó a la candidata del oficial partido Movimiento de Regeneración Nacional. Apoyó, asimismo, la campaña negra creada por el ex funcionario priista Roberto Madrazo para calificar a López Obrador como “narcopresidente” y trató de impulsar a la inepta candidata opositora a la presidencia. Salinas Pliego y sus cómplices no pudieron frenar la masiva votación a favor de la candidata de Morena, Claudia Sheinbaum, quien asumirá la presidencia de la república este año.
Las consecuencias de su intento de manipular las elecciones presidenciales llevaron a Salinas Pliego a ser identificado como parte de la oligocracia cleptómana que ha exprimido a la ciudadanía mexicana durante décadas. Los esquemas usurarios de sus tiendas Elektra y sus bancos Azteca fueron denunciados. Disminuyeron las ganancias de sus empresas.
Un grupo de periodistas que durante años señaló los manejos de “Tío Richie”, dio a conocer el menoscabo de sus ganancias empresariales. Desde octubre de 2023, La Jornada informó que la utilidad de operación de Grupo Salinas “fue de mil 252 millones de pesos, una reducción de 31 por ciento, comparado con la utilidad de mil 802 millones” en 2022.
Para vengarse de los medios que apoyaron a la administración que le cobra impuestos que no pagó, Salinas Pliego presentó una demanda en Jalisco y Estados Unidos contra un grupo de periodistas que difundieron las pérdidas de sus empresas, alegando “terrorismo financiero y chantaje”. Entre las periodistas y los periodistas imputados figuran Sandra Aguilera, Rafael Barajas, Luis Guillermo Hernández, Francisco “Poncho” Gutiérrez, Hans Salazar, Víctor Aramburu, Jorge Gómez Naredo, Álvaro Delgado, los canales “El Chapucero”, “Sin Censura” y el portal “La Verdad Noticias”.
El banquero convertido en terrorista judicial también acusa a las cuentas de X LaCatrinaNorteña, DefensadelConsumidor, AlbertoRudo, HanzSalazar, RedAMLOMx, AntiTelevisaMx5 y varamburucano, del comunicador Víctor Aramburu, así como a los canales de YouTube Iber Alejandro7, Cortos El Mexa, Sin Censura TV6 y El Charro Político (estas dos últimas, parte de una red de canales en YouTube vinculados a la agencia Brolan, cuyos fundadores son el empresario Rafael Díaz y el conductor Saúl Armando Lepe Soltero).
A fin de censurar y amenazar a estos comunicadores, los abogados de Salinas Pliego presentaron una demanda a las autoridades de Jalisco para pedir a las empresas de redes sociales Meta, Google y X proporcionar datos de identificación de los usuarios de las cuentas y “retirar publicaciones infractoras”. Aduciendo que las empresas de redes sociales no tienen domicilios en México, los abogados de Salinas Pliego solicitaron a autoridades estadounidenses que ordenen a Meta, Google y X entregar la información “para avanzar con la investigación abierta en Jalisco”.
Lo que la estrategia legal salinista busca obtener es la información de todas y todos los periodistas: todas sus direcciones físicas, direcciones de correo electrónico, números de teléfono, nombres, direcciones y números de tarjetas de crédito de todas las tarjetas de crédito registradas y nombres, direcciones de correo electrónico, números de teléfono y denominaciones de los métodos de pago que no involucren tarjeta de crédito. Datos que debieran permanecer en privacía.
Así, se da el caso de que el dueño de varios medios de comunicación, bancos y tiendas departamentales amenaza la privacidad de comunicadoras y comunicadores recurriendo a un truco legal que avaló una autoridad mexicana (del estado bajo control del gobernador Alfaro) y en el que trata de hacer intervenir a una autoridad extranjera (del estado de California).
La organización Artículo 19 advirtió que este caso podría representar un ejemplo de una denuncia estratégica contra la participación pública, con posibles afectaciones a la libertad de expresión en las redes sociales de periodistas, personas comunicadoras y personas usuarias de dichas redes en general en México.
No hay que olvidar que el banquero terrorista Salinas Pliego ha utilizado en incontables ocasiones el poder de sus medios y sus caudales para intentar someter a ciudadanos y a gobernantes de México. Lo hizo cuando declaró en junio de 1999, tras el asesinato del locutor Francisco Stanley: “La impunidad nos aplasta. ¿Y dónde está la autoridad? ¿Para qué pagamos impuestos? ¿Para qué tenemos elecciones? ¿Para qué tenemos tres poderes? ¿Para qué tanto gobierno cuando no hay autoridad? Hoy lloramos por Paco. ¿Mañana por quién lloraremos?” En esa ocasión, Salinas Pliego cesó sus lloriqueos entonces cuando se hizo público que el conductor estrella de su canal televisivo fue ejecutado por deudas con traficantes de drogas, las cuales consumía y distribuía. Su lloriqueo actual exige la complicidad de un gobierno extranjero para aterrorizar y censurar a comunicadores. ¿Logrará su fin?