La saxofonista sobreviviente de un ataque con ácido, dijo que el pasado viernes fue notificada de la suspensión de la audiencia y el cambio de la persona estará a cargo del desahogo de pruebas.
La audiencia que se desarrollaría mañana miércoles, fue ordenada por la jueza María Antonia Esteva del Tribunal de Enjuiciamiento del Circuito Judicial de la Mixteca, quien sustituyó al juez José Gabriel Ramírez Montaño una vez que fue separado del caso por presuntos actos de corrupción, en el caso contra Juan Antonio Vera Carrizal, Rubicel Hernandez Ríos y Rubén Loaeza Chávez, presuntos autores del ataque con ácido contra la saxofonista.
Apenas hace unos días, la presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Oaxaca, Berenice Ramírez Jiménez concedió una entrevista exclusiva a la Red de Mujeres Periodistas de Oaxaca, donde expuso que hay una investigación en contra del juez a cargo de la Visitaduría, y en su momento se darán a conocer los hallazgos.
Lo que sigue, dijo, “ en teoría, es la audiencia del 21 de agosto. Digo en teoría porque pueden existir otros factores que la determinen, un amparo, alguna cuestión que haga la defensa, cualquier cosa que esté fuera de nuestro alcance”.
La audiencia fue suspendida ese mismo día. Para María Elena Ríos, posponerla representa prolongar más la incertidumbre y pesar que ha vivido desde que fue atacada con ácido en Huajuapan de León en septiembre de 2019.
Aún sin fecha probable, María Elena sostiene que seguirá al pendiente del proceso judicial como lo ha hecho a lo largo de estos cinco años, en los que ha tenido que cambiar todo el curso de su vida, debido a las graves lesiones en su cuerpo por el ataque con ácido sulfúrico, que fue considerado en el juicio como tentativa de feminicidio.
La defensa de Vera Carrizal minimizó este ataque el viernes pasado, un día después de que fue revocada la libertad a su cliente.
El abogado defensor dijo que las quemaduras con ácido no tenían la intención de acabar con la vida de María Elena, que el ataque no fue con ácido sulfúrico y que las heridas en la piel de la víctima eran de segundo grado.