Compartir
Hay realidad en lo que se describe en Chicharras, la más reciente producción de la cineasta Luna Marán, y es lo que provoca tensión, humor y esperanza.
En Chicharras, un proyecto inesperado desata la tensión y va mostrando a través de los 120 actores locales, lo simple y complejo que puede ser la vida común.
Luna Marán recupera la música como un elemento esencial y acompaña los momentos importantes de la trama, dándole un efecto de equilibrio al disminuir la tensión en la narrativa, un efecto que sucede también en las comunidades, donde la música está relacionada con acontecimientos importantes para la colectividad y funciona como un elemento de cohesión.
La cinta se nutre de la experiencia de la vida comunitaria en un pueblo llamado San Pablo Begu, pero plantea temas que no se limitan solo a ese, muestra la complejidad en la toma de decisiones del autogobierno y las tensiones que provoca la idea del desarrollo frente a la preservación de los bienes y territorios comunes.
Chicharras es una mirada cinematográfica que propone mirar sin romanticismo esa forma de vivir, sentir y pensar que hay en una gran parte de las comunidades de Oaxaca, eso que llamamos comunalidad.
Con un enfoque transgeneracional, la cineasta nos permite mirar cómo se dan los procesos de transferencia del conocimiento comunal, que aunque son propios de San Pablo Begu y las comunidades de Oaxaca, pueden aplicarse de manera universal.
“Hay esencia, porque hay realidad, es lo que nosotros vivimos y observamos”, dice Yuliana Berenice Martínez Andrés, una de las actrices principales del elenco.
La película fue presentada recientemente en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) y se presenta este 22 de noviembre a las 18:00 horas, en el teatro Juárez de la ciudad de Oaxaca, como parte de la 2a. edición del Festival de Radio y Cine Comunitario El Lugar que Habitamos.