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La comunidad de Guelatao de Juárez, en la Sierra Norte de Oaxaca, se ha sumado a la campaña Oaxaca sin chatarra para fomentar por medio de un mural la alimentación sana y revalorar los alimentos cultivados por los campesinos.
La autoridad municipal de Guelatao, Isaías García Soto destacó la importancia de esta campaña, sobre todo ahora que muchas personas padecen enfermedades como resultado de una mala alimentación.
Dijo que ese tipo de alimentación pone en riesgo a la niñez, quienes están expuestos a estos productos por la cantidad de anuncios de las grandes empresas que impulsan el consumismo en la población.
Yesica Sánchez Maya y Mauricio del Villar, integrantes del equipo coordinador de la campaña Oaxaca sin Chatarra destacaron que este tipo de productos ha desplazado a la comida tradicional sana y nutritiva, convirtiéndose en una amenaza para la salud de las personas en el país.
La campaña tiene el propósito de generar conciencia para lograr una cultura de alimentación sana, revalorar la alimentación tradicional, fortalecer el consumo y economía local.
En Oaxaca la reforma a la Ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes prohíbe la venta, regalo, suministro y distribución de bebidas azucaradas y alimentos chatarra a menores de edad.
Sin embargo, la ley no se aplica en todas las escuelas y las acciones institucionales para prevenir la mala alimentación y sus efectos en la salud de la población infantil y adolescentes son prácticamente nulas.
El mural recupera aspectos de la población como la laguna, la niñez, la milpa, la música y el basquetbol y fue pintado en el espacio de la cancha municipal por la artista Ana Xhopa.
La artista agradeció a la población de Guelatao por el recibimiento que le dieron en la comunidad para pintar el mural, donde pudo plasmar el tejido comunitario con el que se identifican.
Dijo que la comida es un elemento fundamental en la vida comunitaria, ya que muchos de los recuerdos que se tienen son por la comida que nos conecta con nuestras madres y nuestras abuelas y muchas generaciones de conocimientos de mujeres y personas que los han transmitido.
De acuerdo con los impulsores, el daño por el consumo de estos productos no sólo afecta la salud de las personas, sino además ocasionan grandes problemas de contaminación, acaparamiento de recursos naturales para su producción, distribución y desecho, lo cual daña a los ecosistemas del y contribuye a la destrucción del planeta