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Por Citlalli López Velázquez
La vivienda es un derecho humano, sin embargo, asentarse en el centro histórico de Oaxaca es un lujo. Comprar o rentar un espacio resulta prácticamente imposible para las y los oaxaqueños. Mientras que una renta llega a rebasar los 15 mil pesos al mes, comprar un metro cuadrado -en el caso de un departamento- llega a requerir hasta 63 mil pesos.
Aunque sobreviven pocas zonas habitacionales, las que quedan se cotizan a precios que sólo pueden ser costeados por grandes inversionistas y principalmente extranjeros, es por ello que muchos de los anuncios de “se vende” o “se renta” son en inglés.
Un anuncio publicado en redes sociales da cuenta de lo anterior. La página venta de casas y terrenos en Oaxaca anuncia una “Inversión de lujo” con la venta de un departamento exclusivo en el primer cuadro de la ciudad con un área de 71.41 metros cuadrados por un costo de 4.550 millones de pesos, es decir 63 mil 716.57 pesos por metro cuadrado.
El espacio se encuentra a 2 minutos de la Casa de la Cultura y de la Iglesia de la Merced. De acuerdo con la publicación éste forma parte de un complejo de 8 departamentos repartidos en dos niveles con áreas comunes, patios, rooftop, terrazas y bodega. Además, subraya que por la ubicación representa una inversión rentable para los inversionistas nacionales y extranjeros.
Criminalizan voces contra la gentrificación

Filadelfo Aldaz Desiderio, activista mixe que participó en la marcha contra la gentrificación realizada en enero del año pasado, señaló que cada vez la ciudad de Oaxaca esta siendo un espacio acomodado para ciertas corporalidades, para cierta moneda estadounidense o europea. “Estamos compitiendo contra las monedas que valen más en el mundo y eso implica desplazamiento, precarización, despojo, gentrificación”, expuso.
“Nuestra protesta fue legítima porque están atentando en contra de nuestro derecho a la vivienda, a la salud, al agua”, explicó.
Durante la movilización contra la gentrificación en la que participó Filadelfo, también integrante de “Comedora comunitaria” Nkä’äymyujkëmë (Comamos todos en ayuuk), evidenciaron el desplazamiento y el racismo que ha traído la gentrificación, sin embargo, hasta ahora poco o nada han realizado las autoridades para frenar este fenómeno social, por el contrario -considera Filadelfo- se ha emprendido una campaña de hostigamiento hacia las personas, que, como él, alzaron la voz.
El día de la marcha, relató, fue víctimas de tortura y abuso policial, hechos que fueron denunciados penalmente ante la Fiscalía de Oaxaca. La carpeta se encuentra empantanada. “A mi me trasladaron en una camioneta con cuatro policías con armas largas. Me iban diciendo que me iban a desaparecer, que ya me había llegado mi hora. Ahora he sido hostigado en todo momento, incluso en mi espacio de la Comedora Comunitaria. Han acudido policías, interceptan el vehículo en el que llevamos la comida para las personas migrantes, para personas racializadas y criminalizadas”.
El desplazamiento de la población oaxaqueña del centro histórico es a todas luces evidente. Espacios de bienes raíces mantienen en sus vitrinas las ofertas de departamentos y locales, muchos ya sólo en inglés por estar dirigido exclusivamente a personas extranjeras.
«Find your home in Oaxaca», anuncios cada vez más vistos en las calles

“Find your home in Oaxaca” (encuentra tu hogar en Oaxaca), se lee en el anuncio del aparador donde están pegadas las ofertas para venta o renta de departamentos en Jalatlaco, Xochimilco y Centro Histórico, espacios emblemáticos de la capital y más gentrificados.
“Apartament for rent. Oaxaca downtown” (departamento en renta. Oaxaca centro), se lee en otro anuncio en donde especifica que el costo es de 18 mil pesos. “House for rent” (Casa en renta) con un costo de 20 mil pesos en el barrio de Xochimilco.
Así, a medida que es desplazada la población nativa, también se derivan otros muchos problemas como la escasez del agua y crecimiento en la generación de basura, un centro histórico que, de acuerdo con Carlos Plaza, catedrático de la facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, tiene en riesgo su estabilidad.
La masificación del turismo -expuso- ha provocado un vaciamiento de residentes. “No se puede pensar en una ciudad sin sus ciudadanos».
La falta de planeación adecuada ha permitido que el factor económico predomine, como es evidente con la proliferación descontrolada de terrazas. Lo que inició hace 20 años como una forma de aprovechar los techos o «quinta fachada», ha derivado en un exceso de niveles que afecta la escala y el paisaje urbano, además de encarecer la vivienda.
La falta de una regulación clara sobre la cantidad de turistas que la ciudad puede recibir ha agravado problemas como la escasez de agua, donde los recursos son destinados al turismo en detrimento de la población local.
Esto refleja la preponderancia de los intereses económicos, lo cual también afecta la preservación del valor histórico de los edificios, destacó.