Marco Santa Anna
TEHUANTEPEC, Oax. Eufrasio ya rebasa los 70, -como en su infancia- tuvo oportunidad de revalorar el culto a la naturaleza que sus abuelos zapotecas habían heredado de más abuelos zapotecas, además de tener un ingreso económico ante los servicios que su familia prestó al inicio de la primavera, en lo que fue una ceremonia ritual en el Cerro del Jaguar, como propuesta de rescate identitario en el Istmo de Tehuantepec.
El Patronato Tehuantepec, sociedad de tehuanos organizados, llevó a cabo un programa denominado Llamado del Caracol: Arte, Cultura y Espiritualidad, espacio que convocó a oriundos de esta localidad, así como procedentes de san Blas Atempa.
Julia Astrid, quien preside el Patronato, explicó que desde la trinchera de la ciudadanía organizada las propuestas culturales que abonen a la sociedad deben ser promovidas e impulsadas, “esta actividad que si bien tiene una cara espiritual, nos permite generar diálogos y cohesión entre la sociedad de Tehuantepec, la gente sabe que hay una relación interesante entre el medio ambiente y la cosmogonía de este lugar”, enfatizó.
Durante la ceremonia, Rocío Morales, de la organización BEDANI, ofrendó un mándala conformado por semillas, futas, alimentos y comestibles en simbolismo de la abundancia que debe prevalecer en este punto de la entidad y en todo el mundo.
En su oportunidad, la terapeuta de Centro Holístico Casa del Jaguar en Atlixco Puebla, Raquel Torres, conectó a los participantes en el ritual con su pasado inmediato y con los recuerdos que en la oralidad perduran, comprometiéndolos a tener mayor atención con las fuerzas que la naturaleza rige.
Es de destacar que las personas asistentes que superaron las 100, llevaron consigo una ofrenda que cedieron al Cerro del Jaguar, para de manera espiritual, agradecer las bondades de la naturaleza, hacer catarsis sobre los abusos de los seres humanos ante el medio ambiente y también de manera simbólica pedir que abunden en todos los aspectos de la vida, como la familiar, política, la salud y la económica.
El señor Eufrasio, bishoshe que es la persona que vigila los terrenos del Cerro del Jaguar, pidió que en la medida de lo posible se siga realizando este ritual, porque además de que enlaza aspectos culturales, genera oportunidades de economía.
Patronato Tehuantepec, espera que en el mediano plazo, esta actividad que este año se realizó el pasado 20 de marzo, conjugue a diversas etnias del Istmo, y pueda realizarse de manera anual pero sobre todo que propicie en la ciudadanía un cuidado del medio ambiente, el entorno y la costumbre cultural.