Rocío Flores/Foto:JLP
OAXACA, Oax. Magdalena está parada frente a la plaza de la Iglesia de Santo Domingo, donde se reúnen desde las 11 de la mañana mujeres de diferentes edades, profesiones y estilo de vida, convocadas con un solo propósito: exigir la intervención del Estado para parar la violencia contra las mujeres y cese a los feminicidios.
De origen argentino y con una hija oaxaqueña de 5 años, Magdalena expresa su preocupación por la violencia contra las mujeres en Oaxaca y la que ocurre en su país, donde cada 30 horas se reporta un feminicidio.
“Lo que me convoca aquí es lo mismo que convoca a las mujeres de Oaxaca, de Argentina y de toda América Latina, lamentablemente es el asesinato de las mujeres”
Ella fue convocada como la mayoría, a través de las redes sociales, para sumarse a una protesta denominada Paro Nacional de Mujeres ante la ola de feminicidios en América Latina.
En su país el reciente asesinato de Lucía Pérez, una joven de 16 años, se ha convertido en un nuevo símbolo de la violencia contra las mujeres. A Lucía la mataron de la forma más aberrante según una fiscal argentina, el sábado pasado salió de su casa en Mar de Plata, dos hombres la drogaron, la violaron y terminaron introduciendo un palo en sus genitales. 1
“Estoy acá por muchas mujeres que no tienen esa posibilidad, porque están educadas de alguna manera que no les permite participar o porque no las dejan, o porque ya no pueden estar para denunciar” señala Magdalena que igual que decenas de oaxaqueñas dejaron sus actividades momentaneamente para protestar contra la violencia de género y los feminicidios, que en Oaxaca se ha incrementado a 560 casos en lo que va del sexenio y 90 durante el 2016.
Por esta cifra se ha solicitado ya la alerta de género, aunque hasta la fecha no se ha logrado que el gobierno la solicite.
Más allá de las cifras, Magdalena opina que con que haya una mujer asesinada por razones de género es motivo de alarma, de tomar conciencia.
“Recién escuché que preguntaban por las cifras, y recuerdo que en mi país había una dictadura militar y la gente está debatiendo si fueron 30 mil o más, la verdad es lo menos importante, con que haya una, niña, mujer es grave”.
“Se requiere ya de una alerta de género pero el nivel de respuesta del Estado, con o sin alerta es bastante limitando para atender estos casos”, apunta una de las jóvenes oaxaqueñas en la protesta.
En distintos momentos las mujeres oaxaqueñas, estudiantes, amas de casa, destacan la impunidad en los casos de feminicidios en Oaxaca. Señalan que hay una connotación social que es más condenatoria hacia una mujer, siempre hay pretextos para responsabilizarlas, coinciden.
A Magdalena le preocupa más el ámbito de lo doméstico, pues en su opinión es ahí donde se gestan varios tipos de violencia que van a padecer quizá muchas nuevas generaciones.
Aunque aclara, en todos los niveles es condenable la violencia y el trato la diferenciado por género, marco en el que ocurren los feminicidios.
Durante la protesta las mujeres explican de distintas maneras ese trato diferenciado, inequidad e injusticia en los casos de feminicidios.
En síntesís exponen que cuando una mujer es víctima se busca culpabilizarla de algo y eso no pasa en un homicidio. Cuando asesinan a una mujer o mujeres lo que ocurre es que le buscan si hubo una provocación, lo que no ocurre en los casos de asesinatos de los hombres.
Esa connotación es la diferencia entre el homicidio de una mujer y un hombre, dice Magdalena, para ella ambas son reprobables pero hoy está aquí por las mujeres que han padecido violencia en Oaxaca, en México, en Argentina en toda América Latina, «por todas las que ya no pueden llegar a denunciar la violencia».
(1) Información del diario digital La Prensa