Compartir
Foto: Jorge Luis Plata
Nunca había visto la Plaza de Santa Cruz Xoxocotlán tan llena, con tanto ritmo de cumbia. El Celso, “machín”, como él mismo se denominó, puso a bailar hasta a la señora que llevaba andadera ortopédica.
Minutos antes del concierto el regiomontano presumió que puso a bailar con la Cumbia sampuesana hasta al mismísimo escritor y periodista, premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, El Gabo, en una de sus visitas a Monterrey.
“¡Celso, Celso, Celso!”, gritaba la gente a unos minutos que El Rebelde del Acordeón subiera al escenario y pusiera a bailar a todos.
“¡Celso, Celso, Celso!”, repiten en la plaza entre chiflidos. “¡Cu cu-cu cu cuuumbia!”, se escucha en el escenario que se ilumina en el fondo y abre paso al compositor, cantante y acordeonista regiomontano, a su ritmo de cumbia y al mezcal que poco antes le ha regalado Lila Downs y que a esta hora parece estar surtiendo efecto.
Celso no deja de moverse en el escenario, saluda al público, sonríe, se acerca y presenta a cada uno de los integrantes de su banda que le ha acompañado a todas partes del mundo y que ahora está en Oaxaca.
“Enrique Piña, mi hermanito Quique, El Gavilán y su guacharanga sabrosa; el mejor guitarrista del mundo, el señor Iván Taméz; el rey de las tumbadoras, el maestro Julio Martínez; el Rubén Piña y su batería mágica y el mejor acordeonista del mundo, el maestro del acordeón, Alberto Piña… y a mi compadrito, el rey de la métrica, José Quiroz”, dice el compositor de la Reina de las cumbias de cada uno de los integrantes de su banda.
Quiroz toma el micrófono y dice al público “¡todo el mundo con las manos arriba, todos vamos a gritar!” y mientras ya suena la cumbia y el público está bailando, suena el acordeón de Celso Piña y la Cumbia sampuesana.
“¡¿Estamos listos?!”, pregunta. Todos gritan en la plaza, bailan, suena Macondo. Luego se escucha “haga la rueda señor que la cumbia ha comenzado, haga la rueda señor que la cumbia ha comenzado”. Todos bailan ahora la Cumbia campanera.
Celso parece cansado o quizá un poco borracho hacia la mitad de la fiesta: “necesito un trago, tequila, mezcal, algo”, dice después de tres cumbias. “¡Mezcal, mezcal!”, gritan los xoxeños y todos celebran este martes la tercera Noche de Brujas.
El Rebelde retoma el baile, se menea al ritmo de su Ronda Bogotá. A esa hora ya hasta los reporteros y reporteras bailan mientras transmiten en vivo.
“¡Celso te amo!”, grita un joven desde atrás y él responde de la misma manera, todos ríen. Tres parejas y una mujer se animan a bailar después en el escenario, él premia la osadía con un disco; la fiesta no para. Los caminos de la vida y Aunque no sea conmigo, aminoran un poco el acelerado ritmo, la gente canta los coros a capela.
Celso ha llenado la plaza y es casi imposible no moverse cuando retoma el ritmo de la cumbia y el vallenato con su Cumbia de la paz que ha traído a Oaxaca.
“Hay que gozar de la música”, dijo antes del show en conferencia de prensa, y parece imposible no hacerle caso.