Rocío Flores
OAXACA, Oax. En la visión del cine, el indio siempre es un personaje apartado, vive en una burbuja del tiempo, hay una imagen sobre el hombre heroico pero apartado.
El caricaturista mexicano Gonzalo Rocha cuestiona esta mirada en las películas clásicas del cine mexicano, ese personaje -dice- nunca se presentaba como alguien en constante intercambio con los demás a pesar de que cohabitaban en las ciudades.
Los rostros de Lorenzo Rafael, María Candelaria, y del indio Tizoc, protagonistas de cintas mexicanas galardonadas a nivel internacional en 1943 y 1957, sirven al monero para desexotizar esa idea de que viven en un lugar recóndito del tiempo.
El monero transforma esa imagen del periodo final de la época de oro del cine mexicano a través del grafitti y el tatuaje, dos expresiones asociadas a las ciudades y a la globalización.
En su intervención al muro del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), Tizoc el indio legendario podría ser un migrante o una víctima de este mundo globalizado, apabullado quizá con las ideas de desarrollo.
Desexotismos es un indio de estos tiempos, un habitante de todas las ciudades pintado en acrílico en un gran formato; líneas y sombras entre otros migrantes: los enormes laureles de la India plantados en el patio del MACO. Dos árboles haciendo eco en la representación del indio en la narrativa del caricaturista mexicano.
Las gráfica de Rocha, fundador y colaborar del diario La Jornada y la revista Proceso se puede observar en el patio del MACO desde este viernes y se mantendrá durante tres meses.