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La colonia Vicente Guerrero, un mes después del enfrentamiento

Rocío Flores

Todavía se escuchan los cohetones algunas noches. Por las mañanas la gente sale a las calles para hacer sus mandados, pero en las noches si hay temor de que puedan regresar.

Ana lleva de la mano a su hija, mientras camina bajo el sol guiándonos en busca de una “autorización” para tomar fotografías a la casa que fue incendiada  recientemente, de la hija de Javier Martínez, uno de los líderes del Frente Popular  14 de junio.

La  gente nos mira con desconfianza, varias personas se asoman en sus ventanas o en su patio para poder observar (nos), un par de hombres se cruzan en nuestro camino  y unos metros después deciden parar, miran un terreno mientras escuchan las indicaciones que nos da un joven de apenas unos 15 años que parece dispuesto a no dejarnos llegar.

Deben de pedir la autorización a la coordinadora, porque si el agente o la coordinadora no nos avisan que van a llegar y si los ven tomando fotos  los vecinos pueden salir y hacerles algo.

Luego de varias llamadas logramos avanzar. Nos acompaña Ana, su hija y el mismo muchacho que minutos antes nos sugería no ir al lugar.

Esa noche escuchaba disparos, y muchos corrían, mientras yo trataba de esconderme con mis dos hijos, uno de 10 años y la niña de 6, tenía miedo, no sabía qué hacer; cuando pasó todo le dije a mi esposo que me quería ir de aquí, que aquí nos van a matar. Solo estoy esperado los papeles de mis hijos, sus actas y sus documentos de la escuela, yo creo que me voy a ir con mi familia a Chiapas, aquí no se puede vivir así.

Ana recuerda que hace un mes todo era un caos por el enfrentamiento con integrantes del Frente Popular 14 de junio y los vecinos de esa colonia, hasta la fecha dice, no ha recuperado la paz.

En las calles quemaron mototaxis, todos queríamos que se fueran los de esa organización que maneja ese Don Panchito, a mi me llamaron para que fuera a cuidar una barricada pero yo no quise salir, tenía que cuidar a mis hijos y tenía mucho miedo de lo que les fuera a pasar.

Liderada por Francisco Martínez y su hijo, Javier Martínez, la organización 14 de junio había cometido durante los últimos tres años una serie de actos delictivos, entre robos, extorsiones, cobro de derecho de piso y hasta violaciones, según testimonios de habitantes, luego decidieron enfrentarlos y después mantuvieron bloqueado el basurero municipal y la carretera federal 175, lo que obligó al gobernador Alejandro Murat a actuar.

Hoy, después de un mes, autoridades de esa agencia recuerdan que los integrantes del Frente llegaban las tiendas, les notificaban que iban a poner una calca en la fachada y que por ello debían pagar una tarifa mensual.

Otras quejas de los vecinos es que se subían en una mototaxi y más adelante eran asaltados. una vez que revienta el problema vienen más de mil  a poner sus denuncias, pero como no hay señalamientos directos contra los líderes del Frente Popular 14 de Junio,  las averiguaciones no han podido avanzar, ¡porque claro  no fue él quien asaltó o mató! mandó a su gente  y como a ellos no los podemos identificar por sus nombres no se puede hacer una denuncia formal.

Las autoridades de la agencia confirman que solo  han abierto “entre 23 y 50” investigaciones en contra de la 14 de Junio y en cambio La Fiscalía mantiene abiertas unas 160 carpetas de investigación en contra de habitantes de la agencia Vicente Guerrero y colonias cercanas, por los enfrentamientos violentos  del 28 de mayo y el tres de julio pasado.

Las investigaciones son contra el agente municipal Rey Francisco Valencia Farías, los coordinadores de los 18 sectores y otros servidores públicos. Como ellos si tienen los nombres de las autoridades, pueden demandar,  además tienen abogados que les asesoran y están haciendo que la población quede como la mala, cuando lo que nosotros queríamos es vivir en paz.

Hasta hoy ha estado tranquilo, pero no nos confiamos, estamos alertas porque en cualquier puede volver a explotar, hace apenas una semana  un grupo de cholos merodeaban por el lugar pero los mismos vecinos los detuvieron y los entregaron a la Policía Estatal o como esa noche (24 de julio), cuando llegó la hija de Javier Martínez, quiso sacar las cosas de su casa, pero la gente no lo permitió, luego  se molestó porque la Policía Municipal  la sacó del lugar.

El servidor público reconoce que hay tensión y comenta que casi un mes antes de ese enfrentamiento, tuvieron un encuentro autoridades de la Fiscalía  en la Secretaría General de Gobierno, en Ciudad Administrativa, pero decidieron no actuar, hasta que estalló.

— Tal parece que hay gente que no quiere que vuelva la paz a las colonias, la seguridad que nos prometieron está a medias, algo pasa, no se ve el interés de las autoridades, pero entre los vecinos estamos organizados; esos cohetones que se escuchan en las noches es una manera de alertar a la población, nos estamos cuidando. La Policía ha pasado a segundo termino.

Después de todo el conflicto, en las calles solo se escucha el ruido de algunos gallos, el motor de las mototaxis, y algunos cuantos vehículos repartidores de agua; todavía se notan las cenizas y algunas barricadas construidas con sacos de tierra y piedras, hay poca seguridad, (en un par de horas solo se observó una patrulla rondando por la zona), y aún persiste desconfianza entre la población.

En la calle González Ortega quedan rastros del incendio en la casa de la hija de Javier Ramírez, el otro dirigente visible del Frente 14 de junio.

En las siete hectáreas recuperadas por los habitantes, en la parte alta, se encuentra elementos del Ejército vigilando. También se menciona que hay hombres armados en el monte y por ello los habitantes prefieren mantenerse alertas y firmes en su deseo de recuperar la paz.