Lisbeth Mejía Reyes
April es una joven con decenas de ejemplares de Jane Eyre (Charlotte Brontë, 1847), que compra en las librerías de ocasión con la esperanza de hallar en alguno la dedicatoria de su padre.
El personaje de la película Definitivamente, tal vez, encarnado por la actriz australiana Isla Fisher se convierte así en asidua visitadora de estos espacios y su padre una de miles de personas que dejan mensaje en un volumen sin pensar que quizá terminará en una librería de ocasión.
Esta situación es un escenario probable e incluso deseable para algunos propietarios de las librerías de ocasión. Ese es el caso de Rubén Hernández, quien piensa le haría muy feliz que uno de sus compradores encuentre en su librería tan anhelado “tesoro”.
Por varios años Rubén ha trabajado en la compra-venta de libros usados o “de ocasión”, se ha encontrado con cartas, recetas médicas, recibos y una infinidad de objetos que las personas dejan entre las páginas de esos volúmenes. Incluso, ejemplares con dedicatorias que una vez vendidos siguen su viaje por las manos de las historias de otros lectores.
Desde un boleto del tren o uno del camión (que data de hace 50 años) hasta fotografías y separadores muy viejos de librerías extintas, son cosas que han llegado a Hoja Vieja, su negocio ubicado en el centro de esta ciudad.
También ha encontrado otros objetos, incluso algunas rosas secas que alguien usó como separador y hasta cartas de amor. “Las leo y digo: ni modo”, cuenta Rubén ante el destino quizá inconcluso de esa historia plasmada sobre el papel.
“ Tal vez sería bonito que se los vuelvan a encontrar después de 20 años en una librería, que encuentren su propia carta, sería como una pepita de oro, porque son recuerdos, parte de la historia de vida, quizá de sus hijos o hijas o la que pudo ser”, piensa.
Mientras eso ocurre, a Rubén le seguirán llegando las postales, recetas médicas o comprobantes del pago de electricidad; todo entre los libros que a diario compra para vender en Hoja Vieja. Sin embargo, esas experiencias quedarán grabadas en su memoria, como títulos de libro que a diario debe recordar para mantenerse en un oficio como este.