Paola Flores
OAXACA, Oax. El gobierno estatal extendió las pancartas del circo este 21 de marzo, incluso desde días antes de la conmemoración del 213 aniversario del natalicio del Benemérito de las Américas, en todas las dependencias se corría la voz de acudir con anticipación a la visita del presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Al pueblo zapoteco de la Sierra Norte llegó gente de los rincones apartados de la entidad, cientos de mujeres y hombres, quienes desde la madrugada del jueves, se acurrucaron como pudieron en pueblos aledaños y en el mismo Guelatao.
Al iniciar el día, los lugares estaban listos para estos “invitados”, en las primeras filas se sentaban los secretarios de estado, más atrás los adormilados ciudadanos.
Carmen viajó desde Tuxtepec y arribó a la cuna de Juárez 12 horas antes del acto cívico. Al igual que ella, muchos más pasaron todo ese tiempo, entre tortas, aguas, frío y espera.
Mientras tanto, en la carretera se trabajaba a marchas forzadas para borrar los insultos contra el gobernador y en las zonas aledañas se retiraban las pancartas poco favorables.
A las 14 horas, el ánimo, ya estaba encendido, los encargados de hacer vibrar a la concurrencia ya estaban haciendo su trabajo. Las matracas sonaban con fuerza, entre gritos y silbidos. Para ese momento ya nadie podía salir, ni entrar del acordonamiento oficial.
Divididos en dos secciones, pobladores serranos, en su mayoría, apreciaron el momento desde pantallas en una explanada alterna.
El presidente llegó por fin, cerca de las cuatro, antecedido por el gobernador Alejandro Murat Hinojosa. Su séquito, se encargó de anunciarlo: ¡Alejandro, Alejandro! y ¡gobernador, amigo, el pueblo está contigo!
Fueron pocas las ovaciones comunes en los mítines de López Obrador. ¡Es un honor estar con Obrador! casi no se escuchó.
Al llegar al templete principal, se inició con el protocolo, los discursos del presidente municipal de Guelatao, Ángel Martínez Santiago y del director del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Adelfo Regino Montes, se centraron en el legado de Benito Juárez. Ambos exhortaron a no olvidarse de los ideales que promovió el presidente serrano.
En el turno de Alejandro Murat, las tímidas rechiflas no se hicieron esperar, para inmediatamente después ser apagadas por los gritos de burócratas y secretarios estatales. “Somos juristas como usted, señor presidente”, aseguró el ejecutivo estatal para seguidamente expresar que está totalmente de acuerdo con la abrogación de la Reforma Educativa y posteriormente añadir que su administración se apegará a las nuevas políticas de austeridad.
Así continuó durante 10 minutos más y entonces tras la intervención de una joven declamadora, llegó el turno del presidente. Guelatao es la capital mundial de la dignidad, a la cual admiro profundamente, dijo. Y destacó la forma de organización de los 417 pueblos de Oaxaca que aún se rigen por usos y costumbres y que eligen a sus gobernantes por medio de una asamblea.
“Es una auténtica democracia donde no hay politiquería. No llega a ser presidente quien hace campaña y sonríe de manera hipócrita. Aquí la gente elige a quien ve serio y responsable, quien va a servir a la comunidad”, dijo.
Para poco antes de las seis de la tarde, ambos mandatarios se retiraron del lugar, todavía entre gritos. El acordonamiento terminó y los trabajadores huyeron en estampida del lugar. El show circense había terminado.