Parte II
Entre los ñuu savi o mixtecos la serpiente conocida como Mixcoatl o serpiente de nube es asociada con el mito fundacional de los también conocidos como “la gente de las nubes”. Entre los zapotecas o binni zaa de Yalalag las serpientes son elementos clave en su indumentaria tradicional y nos remiten a la época de la conquista militar y espiritual de la corona española. La máxima figura histórica conocida entre los pueblos ayuujk o mixes es Kondoy, quien según la tradición oral nació del huevo una serpiente del maíz. De esto va la columna de esta semana, queremos abundar sobre esos relatos míticos que todavía persisten en los pueblos del jaguar.
La serpiente emplumada en la memoria de la Mixteca Alta
En el año de 2017 visitamos una localidad histórica en la Sierra Mixteca de Oaxaca conocida como El Tejocote Etla. Este lugar ha sido objeto de exploración científica occidental formal desde tiempos del extinto Hobarth Smith. Desde entonces quedó implantado en la memoria colectiva de la gente miembros de esta comunidad mixteca que los animales como serpientes y lagartijas conocidas como “escorpiones” son buscados por los “gringos” que pagan dinero por estos vivos o muertos.
Íbamos en búsqueda de una especie de lagarto endémico regional (Abronia mixteca) que de acuerdo con la literatura podría estar extinto a nivel local dado estas históricas y aún vigentes prácticas extractivistas de saqueo hormiga que han sufrido sus poblaciones silvestres históricamente.
Tuvimos éxito en la búsqueda, también al pedir permiso de entrar y a la hora de la comida con los guardianes de estos bosques comunitarios que son de los más biodiversos del mundo. Ellos nos contaron una historia que tiene que ver con lo que consideran es el guardián de este espacio biocultural sagrado.
Resulta que el patrón de este lugar es o era una gran serpiente emplumada que se le aparece o se le aparecía regularmente a quienes osaban a entrar a lo más profundo del bosque. Según nuestros informantes, este animal mítico ya fue aniquilado por un comunero en tiempos recientes.
Nos preguntábamos si la eliminación de la entidad guardiana de este bosque sagrado, tendría algo que ver con su condición actual, cada vez más y más expuesto al saqueo y tráfico ilegal de especies que comenzaron los colectores extranjeros y que replican de manera acrítica académicos de todas las instituciones mexicanas, quienes muchas veces rayan en ser traficantes o mercenarios verdes disfrazados de académicos.
No por nada los zoológicos de Estados Unidos rebosan de especímenes “raros” y altamente codiciados de miembros de la herpetofauna mexicana. Extractivismo académico y tráfico ilegal de especies, dos actividades propias de una generación y visión completamente antropocentrista y sobre todo colonialista y mercantilista de la vida.
En pleno apocalipsis socio-ambiental y sexta extinción masiva de las especies, es inadmisible que prevalezcan estas prácticas entre quienes supuestamente nos dedicamos a conocer, conservar y proteger a la Madre Naturaleza en contra del peor enemigo de la vida, que en palabras de Bartra es el “capitalismo suicida del fin de los tiempos”.
Las serpientes en Villa Hidalgo Yalalag, Sierra Madre de Oaxaca
Se cuenta que cuando llegaron los españoles a colonizar a la comunidad serrana de Villa Hidalgo Yalalag, había un gran árbol de copal que estaba en el centro de la comunidad. Este elemento era considerado como sagrado por los pobladores y por tanto en sus ánimos de colonizar espiritualmente a los zapotecas yalaltecos, los españoles mandaron tirar ese árbol sagrado. De las raíces de este salieron una mujer, así como una serpiente conocida como tilcuate y una serpiente de coral. Estos elementos quedaron plasmados en la indumentaria de la mujer yalalteca hasta nuestros días.
El enredo negro en la cabeza simboliza a esa serpiente rey índigo o tilcuate (Drymarchon melanurus) y las serpientes de coral o coralillos (Micrurus ephippifer) quedaron plasmados en el hermoso huipil de la mujer yalalteca.
Todo esto como testimonio y memorial de nuestro pasado glorioso y de nuestra cosmovisión mesoamericana en donde la serpiente sin duda alguna siempre está vigente.
La serpiente entre los ayuujk de Tlahuitoltepec Mixe
Como habíamos dicho, las serpientes fungen roles simbólicos y culturales importantes. Por ejemplo en los mitos fundacionales mesoamericanos, como es el caso de la serpiente «lechera», cincuate o también llamada serpiente del maíz (Pituophis lineaticollis) en la comunidad originaria ayuujk de Santa María Tlahuitoltepec Mixe, Oaxaca.
Según la tradición oral, el Rey Kondoy, la deidad más importante en la cosmovisión regional, nació del huevo de una serpiente. Esta especie de serpiente está bien representada tanto en el mural en el palacio municipal y físicamente preservada en el museo comunitario de esta comunidad mixe. El también conocido como «Rey Bueno» fue quien enseñó a pelear y defenderse al pueblo ayuujk en contra de sus enemigos, de tal manera que ni mexicas ni españoles lograrían jamás someterles militarmente. Los pueblos ayuujk se autoadscriben hasta el presente como “Los jamás conquistados”. Sobre el Rey Kondoy se dice que este aún reside en el cerro sagrado conocido como Zempoaltépetl, al cual acuden regularmente los pobladores y autoridades en su área de influencia a ofrecer tributo, así como a hacer pedimentos de salud y de buena fortuna.
Si bien las serpientes están incluidas culturalmente y en un grupo de seres vivos diverso y adaptado a las condiciones ambientales tan cambiantes de estos tiempos de crisis civilizatoria, no dejan de ser entidades perseguidas, denostadas y sobre todo incomprendidas. Tenemos que fomentar el conocimiento y sobre todo la revitalización de nuestra estrecha relación sociedad-naturaleza, misma que permitió el florecimiento de todas nuestras antiguas civilizaciones mesoamericanas.
¡Larga vida a las serpientes! ¡larga vida a los pueblos del Jaguar!