La particular relación insecto-estampilla tiene su propio nombre: entomofilatelia, una relación que la artista Frida Castañeda explora en su más reciente exposición de gráfica y pintura: Un trébol, una abeja: Una pradera. Bitácora filatélica.
Esta muestra, estrenada el pasado viernes en el Museo de la Filatelia, se compone de 20 sobres de primer día de emisión, piezas postales que inspiraron a la artista en la creación de 13 obras de su autoría y una composición de 15 cuadros con la técnica de grana cochinilla.
Para Isabel Zapata, escritora, editora, poeta y curadora de esta puesta, no hay tema que se escape de la “minúscula inmensidad” de un timbre.
En el texto que enmarca la exhibición explica que los timbres postales son mucho más que un papelito cuadrado que se pega en ciertos documentos para formalizar su envío, pues en ellos se representan gráficamente aspectos varios de un país o una región.
Como en toda bitácora, establece, estamos ante la belleza de las aproximaciones. En su mirada, este conjunto de obra no contiene terminación ni línea de llegada.
“Frida presenta imágenes que nos exigen detenernos en sus detaIles, las imágenes que vemos cambian con el tiempo y se transforman en su lienzo: son seres vivos que nos devuelven la mirada, es como el mundo: en ella hay fragmentos, pinceladas, rayos de sol, viento que sopla y agita las hojas. El secreto está en entregarnos a esa brisa”, escribe.
Durante la inauguración en la Sala Hidalgo Azul del Mufi, Frida contó a Oaxaca Media que sus referencias son las mujeres botánicas como Sibylla Merian, que pasaron su vida dibujando sin obtener reconocimiento, por lo que no es extraño que sus cuadros se enmarquen con versos de Ida Vitale, Emily Dickenson, quienes también tuvieron un acercamiento al mundo natural.
Finalmente concedió que el proyecto tiene un tinte personal, pues siempre que se acerca a la naturaleza regresa a su abuela:
“Mi abuela fue apicultora y cuando ella murió sus abejas se fueron, esto es un gesto de atrapar algo de mi herencia personal y recuperar esa colmena que mi abuela tenía, de encontrarme con ella a través del arte”, dijo.
La investigación alrededor de este trabajo se llevó a cabo con la ayuda de las personas encargadas del Archivo del museo y podrá ser visitada durante los siguientes cuatro meses.