En México, durante 2022 se diagnosticaron 860 casos de enfermedad de Chagas, padecimiento causado por el protozoario Trypanosoma cruzi, que se transmite por la chinche besucona, enfermedad que, por lo general, tarda varios años en presentar síntomas, lo que complica su detección oportuna, alertó la Secretaría de Salud
En el marco 14 de abril se conmemora el Día Mundial de la Enfermedad de Chagas, la dependencia federal indicó que, a largo plazo, 30 por ciento de las personas afectadas pueden tener daño crónico e irreversible en los sistemas nervioso, digestivo y cardiovascular, con complicaciones como aneurisma apical, miocarditis, insuficiencia cardíaca y trastornos del ritmo cardíaco.
En tanto, 70 por ciento de quienes se contagian no desarrollan síntomas, aunque algunas de ellas pueden presentar fiebre, hinchazón, tos, lesiones cutáneas y dolor abdominal o de cabeza.
“Chagas es una afección sistémica y crónica, que se transmite por vectores; es decir, cuando una chinche besucona infectada con el protozoario pica a la persona; al rascarse de forma instintiva se introduce al organismo el protozoario contenido en las heces del insecto”, señaló.
Agregó que, esta enfermedad también puede transmitirse a través de transfusiones sanguíneas, trasplantes de órganos, de la madre al feto durante el embarazo, por consumo de alimentos contaminados, o mediante contacto con las mucosas de los ojos y la boca.
Indicó Ssa que este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el lema: “Es hora de integrar la atención de la enfermedad de Chagas a la red primaria de salud”, con el objetivo de que los gobiernos realicen esfuerzos adicionales y concentren su atención en las poblaciones vulnerables.
A través del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), la Ssa destacó mejoras en la prevención primaria de la transmisión congénita, con la aplicación de pruebas de detección a mujeres embarazadas y personas recién nacidas, para su diagnóstico y, en su caso, canalización a la unidad de atención médica correspondiente para tratamiento.
Además, se identifican niños y niñas menores de cinco años y población de entre cinco y 15 años con la finalidad de encontrar el parásito para que no avance a la forma crónica y evitar afecciones cardiacas.