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Taller Rufino Tamayo, en la indefinición; reprochan despidos y aumento de cuotas

A punto de cumplir 50 años, el Taller Rufino Tamayo, un espacio para formar profesionales en las artes plásticas y visuales en Oaxaca, vive un momento de indefinición y falta de claridad de parte de las autoridades del estado.

Desde hace seis meses los profesores denunciaron irregularidades en pagos y contratos de dos o tres meses, lo cual dijeron les resulta desfavorable para su situación económica y laboral; más recientemente dos profesores fueron notificados por el director Enrique Gijón de la terminación de contrato sin argumentar el motivo. «Nos informó verbalmente que el contrato termina este mes», señala Oswaldo Ramírez.

La comunidad estudiantil, que ha estado cerca de la problemática, fijó este lunes 21 de agosto una posición y manifestó su apoyo a los profesores de litografía Abraham Torres y de dibujo Oswaldo Ramírez, además pidió a las autoridades remediar la situación por la que atraviesa esa institución.

“Hemos apoyado en todos los sentidos a los maestros de los tres niveles, cuando hicieron entrega de un pliego petitorio la comunidad estudiantil los apoyó”, dijo Gabriel uno de los estudiantes del Tamayo.

Los estudiantes, comenta Gabriel, también hemos coincidido en que hemos sido víctimas de la administración que tomó posesión en diciembre pasado, por el aumento de las cuotas, acción que se contrapone al discurso del gobierno federal en contra de la privatización de la educación.

«Cuando este gobierno entra y toma de alguna manera la administración del taller comienza a aumentar el cobro, pero se carece hasta de los más elemental, no tenemos ninguna ayuda en cuanto a materiales didácticos, en el taller de grabado nunca hay tinta, muchos de los estudiantes extranjeros dejan su material como donación, y las autoridades se hacen omisas, salvo con sus recomendados y eso, en estos tiempos ya no cabe”. 

En la actualidad el discurso del gobierno federal y del presidente Andrés Manuel López Obrador es que las instituciones no se deben privatizar, la educación debe ser laica y gratuita, abunda Gabriel a nombre de los estudiantes. En ese contexto, señala que se adhieren a este principio y piden que se echen para atrás esos aumentos, de lo contrario, se corre el riesgo de ser espacio de aprendizaje de una elite. “Nosotros queremos arte y cultura para el pueblo”, dice.

La alhóndiga de Antequera sede permanente, pero poco accesible 

Desde hace 49 años el Taller de Artes Plásticas “Rufino Tamayo” ha formado a generaciones de artistas promoviendo así las expresiones gráficas entre la juventud del estado. Después de pasar por varias sedes, en febrero de este año el gobierno de Salomón Jara Cruz anunció que el taller se instalaría de manera permanente en el edificio histórico de la Real Alhóndiga de Antequera, ubicado en la calle de Aldama, un espacio considerado de los sitios arquitectónicos más importantes de la capital.

Meses después en el mes de junio, la profesora Rosa Vallejo titular del  taller de pintura dijo: estamos contentos se acerca más gente, los estudiantes entran en otras dinámicas y a pesar de la zona tan contaminante y de todo el caos que se hace, el taller tiene algo muy interesante, en cuestiones de arquitectura es un lugar muy bello, por su historia y arquitectura, pero todavía no hemos llegado a tener la atención necesaria de las autoridades de la Seculta para equiparlo y para conocer a los docentes, a los trabajadores administrativos, creo que si se hiciera este diálogo ellos se darían cuenta del valor del taller.

La profesora también señaló que llevaban tres meses sin pagos “a veces siento que no se toma con seriedad  el trabajo de los artistas”, dijo en entrevista.

El cambio pudo haberse traducido en una nueva oportunidad para acercar a más alumnas y alumnos por la ubicación, pero se convirtió en un serie de quejas. El 3 de julio los maestros y maestras denunciaron públicamente  el adeudo que mantenía la dirección de este centro y pidieron una audiencia con el secretario de Cultura, Víctor Manuel Vázquez Castillejos para que conociera la problemática que atraviesan. Además de los adeudos, indicaron que se enfrentan a contratos “leoninos” donde no existe ningún tipo de seguridad social.

En respuesta, el titular de la Secretaría emitió un comunicado ese mismo día en el que negó los adeudos e informó que realizaron una mesa de diálogo en donde se expresaron las inquietudes. Además, dijo que para evitar carencias en el taller se determinó disposición del taller la mayor proporción del inmueble, y se le dio el mantenimiento necesario para brindar servicios adecuados como sede del taller.

Pero las limitaciones en la Alhóndiga ahora son más evidentes para los talleristas, el piso debe estar completamente limpio, no se puede mover nada, ni clavar nada, no hay un lugar donde se puedan tirar los solventes, teniendo los cuidados ecológicos, o un diseño adecuado para que funcione con mayor dinamismo. 

Los talleristas consideran que un taller tiene que hacer uso de todo para crear, pero hay una serie de restricciones que no permiten su libertad de trabajo, por eso están buscando consensuar buscando llegar a una solución.

Además, a un mes y medio de haber denunciado y acordado el pago, dos de los profesores talleristas informan que fueron despedidos de manera injustificada, sin argumentos de parte del director, ni de la institución.

Oswaldo Ramírez considera que en este caso la falta de pagos comenzó a ser excesivo y luego la administración puso en juego la práctica clásica de dividir un movimiento, a los otros maestros le dieron un contrato anual y a ellos por querer cambiar las condiciones laborales fueron despedidos después de algunas reuniones con el secretario de cultura y de gobierno.

Para aclarar la situación, solicitamos una entrevista con el responsable de Seculta en reiteradas ocasiones, hasta ahora no hemos recibido respuesta que permita entender cómo se mueven las finanzas del taller y cuáles son las cuestiones administrativas que limitan el quehacer de los profesores y de los talleristas. “No hay transparencia, la información nos llega de manera informal, el taller está por cumplir 50 años y es lamentable que vaya perdiendo su autonomía”, remata Abraham Torres, uno de los profesores despedidos.

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