Abraham A. Rasgado González/OPINIÓN
En este semanario se ha seguido puntualmente el caso de la ex candidata del PRD a la presidencia municipal de Xalapa del Marqués, Sara Altamirano, desde su detención, junto a su cuñado, el profesor Lauro Atilano Grijalva, y otros miembros del sindicato magisterial oaxaqueño.
Desde hace meses, se ha utilizado políticamente y de forma perversa este caso para golpear a la excandidata y al magisterio oaxaqueño a partir de la pertenencia del profesor Grijalva Villalobos a la Sección 22 de la CNTE.
Primero los acusaron de secuestradores, pero se anunció que no se les pudo configurar ese delito; ahora, y de forma extraña (a través de un periodista a modo como Raymundo Riva Palacio), la Procuraduría General de la República (PGR, porque dicho reportero cita a esta instancia gubernamental) desliza la información de que se les acusa de tener “vinculación al Ejército Popular Revolucionario (EPR)”, y el columnista del periódico El Universal cita textualmente un “Informe de Labores” en el que supuestamente se dice del secuestro de los sobrinos del empresario oaxaqueño Gutiérrez Candiani: “‘Las víctimas fueron liberadas sin pago alguno, destacándose que esta célula criminal operaba en el Distrito Federal’, indicó la PGR. ‘Se logró asegurar 748 mil pesos [sic], además de propaganda de grupos subversivos como el EPR’.”
En ninguna parte Riva Palacio informa qué delito le imputa la PGR a los acusados. Y en todo caso, qué terrible forma de escamotear y usar el código y demás leyes penales para retener a los acusados por parte de la PGR, y que tenga que utilizar a un periodista para notificar el estado que guarda este caso.
El EPR, el 30 de mayo, ante las graves acusaciones contra los oriundos de Xalapa del Marqués, Oaxaca, emitió un comunicado en el cual indica “De frente al pueblo, sostenemos que los presuntos responsables no tienen nada que ver con nosotros. Queda claro para todos, que profesores y activistas políticos fueron detenidos-desaparecidos temporalmente, bajo falsa acusación han sido encarcelados arbitrariamente”.
Más adelante, Raymundo Riva Palacio indica que la PGR obtuvo las confesiones de los detenidos en las cuales éstos aceptaban pertenecer al grupo armado, y habría que señalar, no sabemos bajo qué condiciones se obtuvieron en caso de ser ciertas. Pero esta pregunta no se le ocurrió al periodista.
Pero hay más. El reportero (así se autodenomina), se cita a él mismo (como si citarse a uno mismo fuera prueba plena de razón) y hace todo un galimatías al pretender forjar sus inferencias que no tienen ningún sentido. Escribe: “La Sección 22 responde a la disidencia en la Coordinadora, y ha sido bastión histórico de cuadros del EPR. Una de las personas detenidas, Sara Altamirano, salió de Jalapa del Marqués, en la zona Loxicha, ligada por oriundez y línea política a uno de los dirigentes históricos del EPR, el ex dirigente magisterial, Erangelio Mendoza. De ahí se desprendió otro comandante eperrista, Rafael Sebastián, asesinado hace ocho meses, y al cual vinculan a Altamirano, así como el líder magisterial en el conflicto de 2006 en Oaxaca, Enrique Rueda, actualmente en Canadá”.
Habría que aclarar y desmentir estas inferencias dolosas y bastante ignorantes y desinformadas (pretende informar desinformadamente). La señora Sara Altamirano no es profesora ni pertenece a la Sección 22 ni a la CNTE, y el periodista puede decir que él no lo ha afirmado expresamente, y así es, pero los ha colocado en su argumentación como premisas ligadas, para que deduzcamos que la CNTE es un bastión del EPR.
Otro detalle, que no es menor, es la aseveración, totalmente fuera de la realidad (porque es un dato objetivo el que pretendía dar, no un comentario sujeto a interpretación) de que Xalapa del Marqués está en la zona Loxicha. Esto es un error inconcebible, sólo atribuible a la deshonestidad intelectual del periodista o a su descomunal incultura (y si es así, qué triste que alguien con ese calibre de ignorancia se atreva a escribir en varios medios nacionales sus barbaridades). Xalapa del Marqués no está en los Loxicha de Oaxaca (Sierra Sur), sino en la región del Istmo de Tehuantepec. Pero esto no es sólo un error inocente de geografía básica, sino es algo más grave, es la criminalización de los pueblos de esta región oaxaqueña. Don Riva Palacio dedujo: si ligo el origen de Sara Altamirano con los Loxicha, entonces me será más fácil sostener la versión del gobierno. Y con ese afán se atrevió a aseverar todas esas falsedades, que hasta con un mapa de internet se desmienten. Y caben las preguntas ¿Todos los que viven en la zona Loxicha son guerrilleros? Por supuesto que no, pero eso es lo que invita a pensar este periodista. Es muy parecido a lo que hacen la justicia y varios medios españoles con el País Vasco, que, bajo el pretexto de perseguir a la ETA, en realidad criminalizan y persiguen a toda la cultura vasca.
Asimismo, nos dice, prolongando su error inicial, que Sara Altamirano (con la que se ensaña, y extrañamente no señala absolutamente nada de los que en realidad pertenecen a la Sección 22) está ligada a otro “loxicha”, Enrique Rueda Pacheco, quien, dice, es de Xalapa del Marqués; pero este ex secretario general del magisterio oaxaqueño en el movimiento de 2006, no es de esa población, sino de otra población istmeño-zapoteca (no Loxicha), Santiago Laollaga (no es de Xalapa del Marqués).
Ante esta nueva andanada de acusaciones por parte de un periodista que hace las veces de portavoz no oficial de la PGR, el EPR tuvo que publicar un nuevo desmentido (aparte del que ha ya comentamos líneas arriba) el jueves 3 de octubre, en el cual señalan y desmienten a Riva Palacio.
“Como siempre —le responde el EPR al periodista— desde sus escritos lanza no sólo el señalamiento sino también va implícita la exigencia para la represión gubernamental. Por enésima ocasión, desmentimos todo intento por tratar de vincular a nuestro partido con luchadores sociales que realizan su protesta dentro de los marcos constitucionales de la lucha popular, tal es el caso de los trabajadores de la educación de la sección 22, agrupados en la CNTE”. Y continúan más adelante: “La PGR en el informe aludido no dice nada nuevo, por el contrario, es el típico ardid policiaco para lavar imagen y legitimidad ante una sociedad azotada por la delincuencia desde y para el Estado, por un lado, y por el otro, burda maniobra para incriminar luchadores sociales y armar expediente policíaco para ejercer la represión contra la CNTE. La versión policíaca que usted recoge sin investigar si esos dichos son reales o un invento policiaco, que a base de tortura fueron arrancadas esas declaraciones inculpatorias.
“Por reiterada ocasión —continúa el grupo rebelde—, no hemos tenido nada que ver con el secuestro de los sobrinos de Gutiérrez Candiani, y si la PGR dice que encontró propaganda del EPR, es parte de la maniobra policiaca, además recuerde que nuestra propaganda está en manos de mucha gente, eso es una cosa y otra que la siembren para tratar de armar expediente jurídico contra luchadores sociales”.
A los medios y periodistas como Raymundo Riva Palacio no les interesa que los desmientan, porque en ese entorno periodístico, en ese ambiente de sometimiento al poder, las falsedades son las que más se cotizan a la hora de los repartos de utilidades presupuestales, y las verdades, como asevera R. Kapuściński, son lo menos importante en estos casos. Pero quede constancia de lo retorcida que puede ser la realidad que muestran algunos medios, tan retorcidas que ni la geografía respetan. Ya no hablemos de la ética y la moral. O como también decía Nicanor Parra, ya no respetan ni la ley de la selva.