Dos jóvenes oaxaqueñas Rosa Mendoza Sosa de 17 años y Shanni Valeria Mora Fajardo de 16, recibieron este martes el premio de excelencia, representando a México en el Stockholm Junior Water Prize, también llamado el Premio Nobel Juvenil del Agua.
Este es el reconocimiento que se otorga en este certamen mundial que busca alentar a jóvenes en el cuidado y protección del bien hídrico.
Desde Estocolmo Suecia, esta madrugada las jóvenes oaxaqueñas aceptaron conversar unos minutos para compartir su experiencia y la alegría de representar a su estado, a pesar de los nervios y de los desafíos que enfrentaron, entre ellos el idioma.
«Nos fue muy bien, sobre todo en la exposición», nos cuentan. «Fueron tres rondas de exposiciones con nueve jueces. “Después de las dos primeras nos aplaudieron y más tarde nos dijeron que no era común que lo hicieran”.
Christopher Whitfield y Wenqi (Jonathan) Zhao, de Reino Unido resultaron galardonados con el internacional StockholmJuniorWaterPrize; Shanni Valeria Mora Fajardo y Rosa Mendoza Sosa, de México, por ganar el Diplomado de Excelencia y Manoel José Nunes Neto, de Brasil, por ganar el People’s Choice Award
Todos los finalistas fueron festejados en Estocolmo y en sus países por pensar y construir alternativas para un futuro mejor para todos. Las oaxaqueñas han sido celebradas durante horas, en distintos espacios, físicos y virtuales.
“Nos dan esperanza, Estos son los proyectos que deben impulsarse en nuestro país”, escriben algunas personas usuarias de X que envían felicitaciones a las ganadoras.
Recibir este reconocimiento para ellas representa un gran logro pues se reconoce la viabilidad de su propuesta estratégica comunitaria de reutilización de agua entintada para el cultivo de hortalizas. Es un proyecto local con alcance global.
“Nos emocionamos demasiado, sentíamos que teníamos algunas ventajas. Nos fue muy bien”, repiten aún sorprendidas de su logro, que saben, no es una cuestión de suerte.
Rosa y Shanni se prepararon durante varios meses, se especializaron en el dominio del idioma inglés, sabían que podía significar un obstáculo para la exposición de su propuesta.
Las jóvenes oaxaqueñas llegaron a este certamen internacional, después de concursar a nivel nacional con más de 400 jóvenes del país que buscaban que sus proyectos fueran reconocidos por su viabilidad y potencial para ser replicados en otras comunidades.
Su prototipo de filtro que, con piedras, algodón, carbón y otros elementos naturales, logra separar los sedimentos químicos y la acidez del agua para poder reutilizarla en su localidad fue reconocida ahora internacionalmente.
No es la primera vez que México recibe este diploma, pero para ellas significa el resultado del tiempo que invirtieron en su diagnóstico, y en la propuesta con la que desean minimizar el impacto de las prácticas del teñido sobre el medio ambiente, la tierra, y la calidad de vida de más de 900 familias dedicadas a la elaboración de tapetes de lana multicolores y otros textiles, en su comunidad Teotitlán del Valle, donde probablemente las recibirán con calenda y fiesta.
Mientras tanto, las jóvenes estudiantes del Bachillerato Integral Comunitario número 29 de Teotitlán del Valle, Oaxaca, se disponen a una celebración con representantes de la embajada de México en Estocolmo, Suecia.
“Anoche terminamos una entrevista y caímos como piedra. Ahora vamos a desayunar en una convivencia con la embajada de México”, nos cuentan, felices de su logro.
«Shanni y Rosa son un orgullo para México. No sólo representan a las jóvenes, también a las mujeres, a las poblaciones originarias y, sobre todo, el futuro de la ciencia con sentido social”, dijo Jorge Arriaga, coordinador ejecutivo de Red del Agua de la UNAM y del Centro Regional de Seguridad Hídrica (Cershi), bajo los auspicios de la Unesco.