En una tarde nublada, una lluvia fina cae sobre la capital oaxaqueña. Frente a Santo Domingo, una pareja ejecuta el jarabe mixteco mientras una pequeña multitud registra con su celular la mágica escena: la lluvia no detiene la cultura.
Aquí nada detiene la cultura, es una cualidad inherente del ser oaxaqueño, al menos ese ha…