Juan Manuel Alegría
Desde siempre los poderosos han escrito los hechos a su conveniencia; y no sólo en el mundo occidental; hoy sabemos que en 1428, Izcóatl, hijo de Acamapichtli, el primer tlatoani, ordenó (gracias a Tlacaelel) la destrucción de antiguos códices que recogían la historia de los tolteca y tepaneca para sustituirlos por mitos…