Con los okupas culturales, el actual gobierno de Oaxaca tiene una oportunidad de oro para demostrar que es progresista y —remotamente quizá— puede ser contracultural, roquero, punketo, anarquista y, sobre todo, listo.
Debería sacarle jugo a aquéllos —los propositivos y netos, desde luego, ya que también los hay que son puro oportunismo—, pues tienen grandes…