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Literatura y basquetbol, el encuentro entre triquis y escritores de la FILO

Rocío Flores

La hora del encuentro entre Literatura y Deporte está pactada, han dado las cinco de la tarde y el partido de basquetbol entre escritores y niños triquis aún no comienza; el público se prepara animado, entusiasta, buscan un espacio desde donde mirar el que promete será un divertido juego amistoso.

Los  escritores sonríen, estiran, se toman la foto, sonríen, se alistan… minutos después de las cinco aparecen los pequeños a quienes ahora suelen llamarle “gigantes de la montaña”, ellos caminan cual niño, sin prisa, a paso firme, entre aplausos.

Ambos equipos parecen dispuestos a ganar esta tarde, pero alguno sabe que perderá. Mientras tanto se saludan como buenos contrincantes, se toman la foto del recuerdo, la que quizá llevarán como prueba de una historia de literatura y basquetbol, quizá.

El ánimo es singular, todo está dispuesto. Es una tarde en la que no hay equipo anfitrión, más de 2 mil personas llenan el lugar para observar y dar la bienvenida a  un gran juego.

Se presentan las alineaciones; el equipo de los niños contra los escritores invitados a la FILO 2013, el marco en el que se desarrolla el evento.

Comienza el partido… el público del estadio de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, localizado en el centro de la ciudad, entra en un estado de entusiasmo prolongado,  todos gritan: ¡triquis, triquis, triquis! ….Y ellos responden con un estupendo juego de exhibición.

Las caras sonrientes están por todos lados, el último en encestar el balón  también sonríe en medio de los reflectores… han  dado el marcador final,  43-29.

Lo importante es divertirse dice al final un niño triqui.

Fuera  del estadio,  filas de personas esperan para verlos.