Rocío Flores
OAXACA, Oax. Durante el proceso electoral federal 2015 la violencia política permeó en las campañas en Oaxaca. Ejemplo de lo anterior es la exposición que se ha hecho de la vida privada de la candidata por el distrito VII de Santa Lucía del Camino Gabriela Olvera, sin que ninguna autoridad en la materia electoral se pronunciara respecto a este tema.
Desde hace aproximadamente un mes imágenes privadas de la candidata fueron publicadas en algunos medios de comunicación digitales, o portales informativos, y comenzaron a circular en redes sociales con lo que se intentó menoscabar el reconocimiento de su participación en el proceso electoral que culminará este próximo 7 de junio.
De acuerdo a la magistrada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), María del Carmen Alanís Figueroa, las acciones más visibles sobre este tipo de violencia, tienen por objeto menoscabar el reconocimiento, el goce o el ejercicio de los derechos políticos, así como las prerrogativas a un cargo político, o bien daño físico, o psicológico contra las mujeres.
La violencia política señaló Alanís durante su última visita a Oaxaca pueden ser perpetradas por grupos de personas, el Estado, sus agentes, partidos políticos como persona jurídica, representantes de partidos políticos o incluso por medios de comunicación, sólo que al no existir una definición sobre violencia política, la sociedad en general no la identifica, y en la prensa a veces sucede igual.
La magistrada apuntó que este tipo de violencia política, también se refleja en actos de omisión; al no ser nombradas, minimizarlas o no ser tomadas en cuenta también refleja aun hecho violento contra las mujeres.
Alanís Figueroa agregó que una valoración de sus actos tratando de encasillarlas en un estereotipo o minimizar sus cualidades profesionales, así como ponerlas en distritos perdedores o peligrosos para su integridad física de igual manera representa un acto de violencia política.
De acuerdo a la Ley para una Vida Libre de Violencia contra las mujeres exponer este tipo de imágenes referidas (en este caso en un medio electrónico) se puede considerar como un tipo de hostigamiento, pero también es un acto misoginia- refieren especialistas en el tema de género- “todo bajo la bandera de un presunto ejercicio periodístico”.
La violencia en este caso fue perpetrada por la persona o personas que filtraron la información, pero también de los medios de comunicación que al reproducirlas continuaron en esa misma dinámica de denostar a la candidata, incluso justificar la agresión en términos de “guerra sucia” y omitiendo lo de fondo, un acto de violencia política que hasta la fecha no se castiga penalmente.
Así en la recta final de este proceso y contrario al reporte del Observatorio Electoral Ciudadano iniciativa de la AMEDI, quien reportó durante las últimas semanas del mes de mayo como consideraciones finales (aunque parciales) que por primera vez las candidaturas de las mujeres han tenido igual cobertura que la de los hombres, se pudo observar que las mujeres no han tenido un trato igual en las campañas, ni en la prensa, sólo que al no existir una definición sobre violencia política, no se identifica plenamente.
No obstante cabe señalar que la información proporcionada por dicho observatorio se reduce al análisis de dos semanas, de tres portales digitales así como de tres estaciones de Radio, TV y tres de prensa, dejando de lado decenas o incluso cientos de portales informativos que han tenido la oportunidad de informar, publicitar o denostar a las y los aspirantes a una curul federal en este proceso electoral que culminará el próximo domingo.