Redacción
OAXACA, Oax.El Premio Nobel de Literatura mexicano, el poeta Octavio Paz (Ciudad de México, 31 de marzo, 1914 – Íbid, 19 de abril, 1998) abordó en su vasta obra temas clave para la comprensión del sentido de la humanidad y de la poesía misma, del conocimiento que sitúa al hombre en su tiempo y su contexto. Claros ejemplos de ello son, los ensayos (1950) y(1956); y en libros de poesía como (1957)cantó al vínculo entre el ser humano y la naturaleza, al amor y a la transformación del hombre a través del hecho poético.
Este 31 de marzo se cumple el 102 aniversario del Natalicio del poeta que abrió ventanas al conocimiento mediante su reflexión que plasmó en sus ensayos y tendió puentes de comprensión y solidaridad y fraternidad humanas con su poesía que lindó muchas veces con la filosofía.
El lenguaje siempre es una pluralidad
Octavio Paz expresaba sus reflexiones sobre otra de sus fascinaciones y a menudo preocupaciones: el lenguaje, en una entrevista radiofónica realizada en 1967. En aquella entrevista para Radio Educación su interlocutor fue el escritor, cronista, crítico y ensayista era nada menos que Carlos Monsiváis, quien le preguntó: En su último libro de poemas usted marca las transformaciones de su poesía. ¿De qué modo las asumiría?
A lo que Octavio Paz respondió:
“El lenguaje siempre es una pluralidad, y esa te hace pensar a veces que el lenguaje es la expresión más perfecta de la razón y a la vez es la expresión más imperfecta de la razón, ya que toda palabra posee una significación que puede ser anulada por otra palabra. Lo que me propuse es ver cómo el lenguaje desemboca del silencio, de ese silencio significativo”.
En la biblioteca de su abuelo, Irenco Paz, abundaban los libros de historia antigua de México, además los arqueólogos Manuel Gamio, así como el etnólogo Miguel Othón de Mendizábal, eran amigos de su familia y cerca de su casa, en Mixcoac, había un santuario azteca que visitaba con frecuencia acompañado de sus primos.
“El primer recuerdo que tengo de Mixcoac es de una casa grande, semi en ruinas, la casa de una familia que la Revolución destruyó en cierto modo. Un jardín muy grande y descuidado, y sobre todo un árbol tutelar: una higuera. Esa higuera que es todavía para mí una imagen de una madre. Una gran casa con muchos cuartos y yo un niño que recorría esos cuartos, solitario”, recordaba el poeta.
Octavio Paz hizo amistad en el bachillerato con Salvador Toscano, quien años más tarde escribiría la primera historia del arte mesoamericano, . Ambos se convirtieron en visitantes frecuentes del Museo Nacional y recorrieron las principales zonas arqueológicas de los valles de México y Puebla, acompañados por otros amigos. De esa iniciación temprana y privilegiada nació su fascinación por el arte.
Posteriormente, el poeta traduciría esa fascinación en prácticamente todas las vertientes creativas, desde la pintura y la escultura, a las vidas mismas que, en su opinión, representaban obras de arte, como en el caso de sor Juana Inés de la Cruz.
Cuando cumplió 17 años fundó la revista , pero eso no fue todo, en 1933 apareció su primer libro, que también se llamaba y fundó Cuadernos del Valle de México.
Cuatro años más tarde conoció a Elena Garro en la universidad. Al poco tiempo se hicieron inseparables y se casaron.
Recordaba el poeta que uno de los primeros viajes que realizó con su esposa fue a España para participar en el Congreso de Escritores Antifascistas en Valencia. Allí, gracias a su relación con la comunidad literaria, logra publicar (1937).
Durante los años cincuenta, para muchos el periodo más creativo y revolucionario de Octavio Paz, publicó los que son considerados sus libros más importantes: El laberinto de la soledad, El arco y la lira; ¿Águila o sol?
En esa misma década viajó a India y Japón, sitios donde recibió una gran influencia, al grado que Octavio Paz inició la primera traducción del clásico (), gracias a la ayuda de Eikichi Hayashiya, un funcionario japonés que a su vez tradujo el al japonés.Haibum de Basho: Oku no HomosichiSendas de OkuPopol Vuh.
Con esas influencias, las ideas y percepciones de Octavio Paz sobre el arte y las expresiones de México se hicieron más claras, sobre todo cuando comparaba procesos históricos.
El poeta y ensayista estaba convencido que después de la Independencia se estableció una ruptura o un desgarramiento, una herida aún no cicatrizada. En concordancia con la interpretación del historiador Edmundo O´Gorman, Paz argumentaba que a la violencia de la guerra de Independencia se sumó otra forma de violencia, no sangrienta pero acaso más profunda: la negación de la tradición monárquica vinculada a la ortodoxia de la Iglesia Católica, así como el intento de adoptar y adaptar las ideas de la tradición de la democracia liberal en su versión estadounidense.
En 1971, Octavio Paz fundó la revista y ese año publicó en 1977 dejó e inició la revista , de la que fue director e impulsó a numerosos escritores. En 1981 fue reconocido con el Premio Cervantes y una año más tarde publica su mítico libro Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe.Plural El mono gramático; PluralVuelta.
El escritor inauguró la década de los noventa con la noticia internacional de ser el ganador del Premio Nobel de Literatura. En su discurso de recepción del Nobel, profundo, visionario, Paz planteó numerosas preguntas acerca del rumbo ideológico, político y humano en nuestra sociedad.