Rocío Flores/Saraí Fernández
OAXACA, Oax. A punto de cumplirse 125 años de la llegada del tren a esta ciudad, el conjunto arquitectónico de la estación de ferrocarril adquiere ahora una nueva vocación al convertirse en el Museo Infantil de Oaxaca (MIO).
Considerada como Patrimonio Cultural, la antigua estación del ferrocarril es también parte del Patrimonio Industrial de este estado y del país, al ser uno de los distintos tipos de inmuebles, edificios o lugares del siglo XIX en donde se llevaron a cabo actividades sociales y comerciales relacionadas con la industria y desarrollo de México y por esa razón poseen un gran valor histórico.
En ese sentido, las acciones que se realicen en la antigua estación, según expone el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial, deberán contribuir a mejorar la calidad de vida de las comunidades en las cuales se ubica, favoreciendo la reapropiación del mismo y por lo tanto ayudando a reforzar el sentido de pertenencia e identidad local.
Con ese propósito, el 27 de julio de 2001 el Ayuntamiento capitalino firmó un contrato de comodato con el Comité Liquidador de Ferrocarriles Nacionales de México, para crear el Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur el 12 de Octubre de 2003. Un año después, en sesión de Cabildo, fue declarado por el mismo ayuntamiento como Patrimonio Histórico.
La infraestructura que fue puente de comunicación entre Oaxaca y la ciudad de México desde 1892 y después Museo, se transforma este viernes en su totalidad en centro cultural y la labor de preservación, dirección y administración estará a cargo de la Fundación Alfredo Harp Helú, organismo dirigido por el empresario homónimo y por su esposa María Isabel Grañén Porrúa.
Casi 14 años después y con el propósito de colaborar en el aprendizaje a través de disciplinas artísticas, culturales y sociales, a la par del Museo Infantil de Oaxaca, se inaugura también la Biblioteca BS Ferrocarril y el Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur remodelado. El complejo cuenta con un “Bosque Encantado”, un espacio de juegos trazado para el fomento de la cultura física, y una sección de lo que será el primer parque de accesibilidad de Oaxaca.
El MIO, un convenio en hermetismo
En mayo del 2014, durante la supervisión de los trabajos de remodelación, el ex presidente municipal Javier Villacaña Jiménez declaró que el edificio de la antigua estación ferrocarrilera fue escriturado ese mismo año a favor de la autoridad municipal, es decir para beneficio de la ciudadanía.
La remodelación dijo el edil a la prensa local y a través de comunicados, contó con la participación de la FAHHO que “de manera altruista participa en este proyecto con la donación del proyecto integral de restauración arquitectónica”.
El inmueble, considerado Patrimonio Industrial y Cultural -junto con los talleres, estructuras, así como los rieles a través de los cuales llegaban las materias primas y se comercializaban en la región- de ninguna manera se privatizará o cambiará su vocación cultural, aseguró el edil también en 2014.
Dos años y medio después ni el Ayuntamiento ni la Fundación pudieron informar los términos del convenio que se estableció para la tutela de este espacio que en palabras de ex funcionarios municipales, “cuenta con un valor histórico incalculable”.
Los datos sobre las características del convenio o comodato fueron solicitados desde el pasado martes. La respuesta del municipio capitalino fue que el tema es asunto de la Fundación y viceversa.
[quote] “El Museo del Ferrocarril continuará funcionando como un foro cultural alternativo, en el cual habrá cabida para todas las expresiones culturales que aglomera la capital del estado” , aseguró también el ex funcionario municipal, hoy encargado de la Administración del gobierno estatal.[/quote]
La restauración
En 2012, el Taller de Restauración de la FAHHO en colaboración con el Ayuntamiento de Oaxaca gestionaron un recurso económico de 26 millones 707 mil 116.20 pesos por parte del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura) a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), explicó Gerardo Nogales, el arquitecto encargado de este proyecto y director del Taller de Restauración de la FAHHO.
El 15 de noviembre de 2013 inició la primera etapa de restauración de este conjunto, la cual concluyó en mayo de 2016. En esta etapa, el Ayuntamiento capitalino administró los recursos y la FAHHO supervisó las labores de rehabilitación a través del Taller de Restauración. Los trabajos consistieron en la restauración del antiguo edificio de la estación, bodega y barda, recuperando la unidad formal arquitectónica de las estructuras históricas.
En paralelo a la ejecución de la primera etapa, se elaboró el proyecto ejecutivo de la segunda etapa de restauración llamada “Rehabilitación y Equipamiento del Museo Infantil de Oaxaca”.
La gestión del recurso se realizó en coordinación y se obtuvo de forma tripartita de la siguiente manera: del gobierno federal a través del Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE) con $12 millones de pesos. Del Municipio de Oaxaca de Juárez recibió 5 millones 392 mil, 463.82 pesos. Y de la FAHHO con 5 millones 392 mil 463. 82 pesos. Más la supervisión de la obra y donación de libros, lo que sumó una inversión total de $22 millones 784 mil, 927.65 pesos, detalló el actual de la Casa de la Ciudad, edificio histórico también bajo la administración de la Fundación.
La segunda etapa de trabajos inició en octubre de 2016 y consistió en la restauración de tres vagones que serán destinados para actividades y talleres infantiles, la creación de áreas de juegos, la instalación de mobiliario para el Museo del Ferrocarril Mexicano del Sur y del Museo Infantil de Oaxaca (MIO), la restauración de las vías férreas y las áreas exteriores.
Todas estas labores de rehabilitación y restauración se llevaron a cabo en el área propiedad del Municipio de Oaxaca de Juárez.
La organización de mujeres comerciantes que instalaban un tianguis a un costado del edificio principal, en el andén, los días martes, viernes y domingos, fueron retirados del lugar después de 10 años.
Los rieles que cederán el paso al MIO son los primeros vistos de frente, las siguientes barras metálicas, vagones y todo lo demás que se observa detrás de ese primer carril, marcan otra parte de la historia que dejó el tren a su paso por Oaxaca.