Por Saraí Fernández
Cerca del 75 por ciento del agua que se utiliza en México proviene del subsuelo de acuerdo a estadísticas oficiales, aunque según Gonzalo Hatch Kuri, geógrafo e investigador de la Universidad Autónoma de México no hay evaluación sobre la cantidad que hay del vital líquido y el estado en que éste se encuentra.
Hatch Kuri explica en entrevista que esta circunstancia dificulta hablar sobre escasez o sobreexplotación del agua en México. Señala que hace falta una evaluación y una caracterización hidrogeológica que permita conocer la cantidad subterránea con cifras aproximadas a la realidad, mientras tanto no hay una certeza de lo que se tiene en el país.
El término de escasez -dice- tiene un uso político que proviene de la economía neoclásica, “las leyes de la oferta y la demanda requieren apropri la idea del encarecimiento para poder generar una demanda y por lo tanto producir plusvalía y cuando digo encarecimiento significa escasez”
El investigador y especialista en estudios de las aguas transfronterizas, enfatiza que la naturaleza se ha comercializado a partir de este concepto.
Si hay una escasez de agua, ésta se va a apreciar a través de su valor económico, sentencia. Recuerda que esta concepción a partir de lo económico la ha dicho el Banco Mundial, el director general de la Nestlé, ex directores del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel Camdessus entre ellos, quien tiene una obra publicada en la que dice que al agua se le tiene que dar valor a partir de su importancia económica.
Cuando el agua se vuelve un recurso entra en la lógica de la oferta y la demanda, detalla.
«Incluso ellos más tarde reconocen que la escasez es socialmente producida no natural. Lo anterior pone en cuestión la escasez natural del agua»,
En el caso de México expone que uno de los problemas fundamentales para determinar la cantidad del agua es que no hay información de cómo se está estudiando el agua subterránea. Hay un balance pero solo se conoce la cantidad del agua superficial, no la subterránea. «Hay un error para conocer la cantidad que hay en el subsuelo».
Explica que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) realiza un estudio o balance hídrico pero al no contar con la tecnología necesaria, no tiene la precisión en los datos, entonces el resultado es una estimación incorrecta de la cantidad de agua subterránea que existe.
En este contexto refiere que tampoco hay estimaciones sobre cuánta agua están sacando las industrias. La estimación -dice- se tendría que hacer de acuerdo al registro de títulos de concesión, el problema es que no existe una base de datos actualizada, en la actual aparecen muchos prestanombres y cantidades que no tienen coherencia.
“No es público cuánta agua se ha concesionado para las grandes industrias extractivas en el país”, cuestiona.
El investigador destaca que sería importante saber cuánta agua se ha concesionado a las embotelladoras, a las industrias mineras y a la automotriz.
En contraposición a la mercantilización del agua, Gonzalo Hatch Kuri propone que el agua es y debe ser considerada un bien común; para él hay dos palabras que deberían retirarse de la gestión del agua, recurso y escasez, porque ese es el lenguaje que nos han introducido los organismos supranacionales como el FMI y el Banco Mundial.