Jorge González/Foto: Eduardo González
OAXACA, Oax. “No soy sacerdotisa”, dirá en algún momento de la conferencia de prensa la periodista y escritora Elena Poniatowska, no obstante, había sentenciado ya, como si fuera sermón, que cuando Andrés Manuel López Obrador “dice primero los pobres, es absolutamente verdad” y que “es honrado”.
¿Y no le parece una contradicción hablar de injusticia social y apoyar un proyecto político –el de la candidatura presidencial de AMLO– respaldado por Carlos Slim?, pregunto.
La conferencia de prensa de la principal homenajeada de la 37 Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO), en el Museo Textil de Oaxaca, comienza con halagos y cariñosos diminutivos: «agradecemos a Elenita, por acompañarnos, es un honor que esté aquí», hizo la presentación Guillermo Quijas Corzo, director general de la feria, como si estuviera ante puros fans de la autora de La noche de Tlatelolco y no frente a reporteros.
Aunque uno no sabe porque la mayoría de preguntas fueron, si no reverenciales, sí políticamente correctas, nadie cuestionó, ni una sola pregunta que incomodara realmente. Además que algunos reporteros llevaban su libro favorito para el autógrafo y se tomarían la foto con Elenita, quizá para subirla al “face”.
La periodista responde: “Siempre hay contradicciones, sin embargo, creo que cuando Andrés Manuel dice primero los pobres, lo dice en serio. Sobre Carlos Slim, a él ya lo critiqué una vez, no me gustaría hacerlo de nuevo, si no van a decir que traigo la misma canción, aparte de que después del terremoto él ha sido uno de los que ha apoyado”.
La conferencia continúa “¿qué le diría a los jóvenes oaxaqueños escritores? ¿qué piensa respecto a las elecciones de 2018? ¿qué significado tiene la muerte desde su perspectiva cultural?”, cuestionan los reporteros. Elena Poniatowska responde vagamente a cada una de ellas, recorre distintos temas, una cosa la lleva a otra.
Habla sobre “el país injusto” que es México, sobre “el precipicio que existe entre las clases sociales”, sobre la muerte que llevamos todos dentro, de su afinidad como mujer con la candidata del Congreso Nacional Indígena (CNI), María de Jesús Patricio Marichuy; sobre su edad y por lo mismo, de la imposibilidad de formar parte del gabinete del candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, si ganara.
La conferencia termina, Quijas invita a la edición 37 de la Feria del Libro de Oaxaca en la Alameda de León, donde ya comienza a llenarse el espacio. El staff coordina el ingreso de la prensa, recluida en un espacio de 6×2 metros en las orillas.
Tercera llamada: los invitados a la inauguración suben al escenario. Los aplausos se expanden. El director de la Feria del Libro hace un llamado a fortalecer los vínculos sociales y culturales, a “salir empoderados como oaxaqueños tras esta desgracia”.
No queda espacio, todas las sillas están ocupadas. Quijas anuncia tal vez el próximo año la feria tenga su sede en el recién inaugurado Centro de Convenciones Oaxaca. Abre la ronda de discursos.
El rector de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), Eduardo Bautista, expresa la importancia y el valor de los libros, de la literatura y el humanismo, a un día del choque porril por el control de la Facultad de Derecho, sin solución desde hace un año.
Luego viene la presidenta de la Fundación Alfredo Harp Helú, María Isabel Grañén Porrúa, quien hace un recuento histórico sobre algunos de los terremotos más fuertes que han impactado en la ciudad de Oaxaca, como el ocurrido en 1603.
“A pesar de todos los terremotos, las guerras y revoluciones que han habido en Oaxaca, el ex convento de San Pablo se ha mantenido de pie”, presume la directora, sobre este espacio que forma parte de las propiedades de la Fundación, además de una lista de varios otorgados por los gobiernos con la figura jurídica de comodato, cuestionada en distintos trabajos periodísticos.
Isabel Grañén fue también invitada por Quijas para inaugurar la feria: “siendo las 12:48 de la tarde declaro inaugurada la trigésima séptima edición de la feria del libro”, concluye entre catárticos aplausos. El espectáculo… continúa.