La imagen se compone de lo que miras y de lo que habita en tu mente: Graciela Iturbide
Fotógrafa, mexicana y viajera, Graciela Iturbide (1942) ha sintetizado en su obra lo que es y lo que percibe. Sus imágenes son únicas, son realidades que se originan desde los sentidos, emanan de su experiencia emotiva en diálogo con el mundo.
Cuaderno de viajes, El baño de Frida, Juchitán, Los que viven en la arena, Muerte, Pájaros, son algunas de las series fotográficas que revelan esta relación íntima que la artista explora con la muerte, con las mujeres juchitecas, con los pájaros, con las nubes, los paisajes, con las culturas de los lugares que visita, incluso con los sueños, y con la muerte, con la vida misma.
La Fotografía para Graciela Iturbide ha sido un pretexto para conocer la vida, las situaciones sociales, las enfermedades y las culturas de otros lugares del mundo.
Graciela retrata con respeto al ser humano y lo que vive. En El baño de Frida, revela la desgracia a través objetos utilitarios, entre ellos unas muletas y corsé ortopédico que usó la pintora Frida Kahlo después de un accidente. Muestra la enfermedad o la desgracia, mirándolas con respeto para no lastimar la dignidad de sus personajes.
La serie Cuaderno de viajes evidencia esos momentos de contemplación de la artista, instantes breves de su mundo al que nadie tiene acceso. Ella dispara y captura esas imágenes como si fueran apuntes de una viajera. Retrata la esencia de las situaciones, y de las personas.
Sin embargo, aclara, no tiene la intención de mostrar la realidad o realidades, solo presenta lo que ve.
“Mi cámara es solo un instrumento para conocer la divinidad de las culturas del mundo, especialmente de mi país”, dice la artista cuando habla de su pasión por la Fotografía.
Juchitán de Iturbide
Juchitán de Zaragoza, en el Istmo, fue uno de los primeros lugares que la artista fotografió a partir de 1979. La fotógrafa forjó en esa población de Oaxaca, una parte de la iconografía de su obra, quizá una de las más relevantes de su trayectoria, así lo expresan artistas, académicos, especialistas en Historia del Arte y Fotografía Contemporánea.
En Juchitán –cuenta la artista–aprendió de las historias y leyendas de los zapotecas; conoció de esa cultura de mano a mano, viviendo en casa de hombres, muxes y mujeres juchitecas, quienes compartían las fiestas, los rituales y sus saberes. Graciela Visitó los mercados, recorrió las calles, observó y escuchó los sonidos del pueblo, retrató los cuerpos de las mujeres zapotecas.
“ Mis amigas juchitecas me abrieron las puertas de su casa, me arroparon, me cuidaron” cuenta la fotógrafa.
Resultado de sus viajes y su trabajo de diez años en el Istmo, donde exploró en la vida de la población surgió el libro Juchitán de las Mujeres, editado en 1989. En este texto retrata la cotidiano; de las mujeres destaca imágenes que reflejan la vida social, íntima y su participación en la vida económica del pueblo.
En el pueblo istmeño capturó también una de las piezas más emblemáticas de su obra: Nuestra señora de las iguanas. La imagen se volvió un ícono, ha dado la vuelta al mundo, se han hecho grafitis y piezas artesanales de ella. Una de las interpretaciones posibles, acepta la artista, es que muestra el espíritu de las juchitecas. Pero no se limita, para Graciela no hay fronteras, no hay límites en las interpretaciones.
Aunque las piezas de esta serie muestra situaciones y condiciones que conciernen a la cultura zapoteca, Juchitán no es otro que el de ella misma. Graciela Iturbide reconoce que su mirada fotográfica está en el corazón y en la mente, desde ahí enfoca y retrata aquello que observa, que siente, que escucha, y piensa, lo que aprende: su experiencia.
Las iguanas y los pájaros, la muerte, los sueños y la sorpresa han acompañado los procesos creativos de la artista. La Fotografía es la sorpresa dice Graciela Iturbide.
“En el momento que me sorprendo, que yo veo y siento que el corazón me late, aprieto el gatillo de mi cámara”.
Retrospectiva y homenaje
Una muestra de sus míticas imágenes se concentra en la retrospectiva inaugurada este domingo en el Centro de las Artes San Agustín, (CASA). Ahí, los organizadores de la edición 37 de la Feria del Libro en Oaxaca le ofrecieron un homenaje e inauguraron en presencia de la artista, la muestra más grande que haya presentado.
La exposición reúne 217 imágenes bajo la curaduría de Patricia Álvarez, recopila parte del trabajo de más de cuatro décadas. Es la primera gran retrospectiva para Graciela Iturbide. Son nueve series fotográficas elaboradas en distintas partes del mundo, entre ellas, El baño de Frida, Naturata,, Pájaros y Juchitán, desde luego.
“Esta retrospectiva es lo más grande que he hecho en todo el mundo. Me siento honrada de que sea en Oaxaca y en el CASA”, dijo la artista durante una charla con la prensa, en el marco de la Feria del libro.
“Ella es una referencia inevitable”
Graciela Iturbide es considerada en su gremio y en el mundo, una de las fotógrafas vivas más importantes de México. Su trabajo ha sido objeto de exposiciones, reconocimientos y premios en el mundo, entre ellos, el Premio de la Fundación Hasselblad. Gotemburgo, Suecia en 2008 o el Premio Photo España Baume & Mercier y el Premio Lucie Award en Nueva York, Estados Unidos, en 2010, por mencionar algunos.
“Su mirada adquiere relevancia porque es el trabajo de una mujer fotógrafa, destacada, en un gremio donde predominan los hombres”, opina Iván Ruiz, académico de la UNAM, experto en Fotografía.
El pintor Francisco Toledo, –a quien la fotógrafa le atribuye la invitación para conocer Juchitán– reconoce en Graciela a una gran artista, igual que a Mariana Yampolsky, Maya Goddet y Flor Garduño. Considera que no es necesario hacer la diferenciación entre géneros, al menos no en el caso de la Fotografía.
“Ninguna de ellas está relegada incluso, están en los cuernos de la luna”. Ella (Graciela) tiene todos los reconocimientos mundiales”, cuenta el artista de origen istmeño.
El homenaje a la artista nacida en la ciudad de México, tuvo lugar este domingo en San Agustín Etla, en Oaxaca.
“Un homenaje en Oaxaca, me parece más que justo, es bueno que se abran las puertas para volver a ver su Fotografía, absolutamente fuerte y conmovedora” opinó el también curador Iván Ruiz
“Es una referencia inevitable de la fotografía mexicana contemporánea a nivel nacional e internacional”: Judith Romero, fotógrafa.
Iturbide inició su formación fotográfica en 1969, cuando estudiaba cine, en esa época conoció a Manuel Álvarez Bravo, considerado el mayor representante de la Fotografía Latinoamericana del siglo XX. Fue su asistente durante al menos un año, tiempo en que lo acompañó en su recorrido por México; luego buscó su propio camino. De 1970 a la fecha, la artista ha recorrido México y el mundo, las imágenes de sus viajes, muestran dos elementos vitales en su trabajo: pasión y disciplina.
Su mirada incisiva y la constante proyección de su mundo interior a través de sus imágenes, son quizá algunas de las claves para comprender la obra de la artista, considerada una de las fotógrafas vivas más importantes de México.
La muestra retrospectiva estará exhibida hasta el 8 de enero de 2018.