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Otras mujeres, forma parte de Red FotoMéxico 2017, y permanecerá en exhibición en el MACO hasta el 11 de enero de 2018
Ser madre en México y en muchas partes del mundo parece un requisito para sentirse plenas, incluso suele verse como una necesidad, un instinto natural o un mandato social, pero no lo es, al menos no para todas las mujeres.
La maternidad es un discurso dominante que ha ido introyectando esa necesidad, pero ser madre o no serlo es una decisión personal, coinciden en entrevista, la fotógrafa Judith Romero, la curadora Rían Lozano y la directora del Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos (Gesmujer) Ximena Avellaneda.
Judith Romero inauguró este fin de semana la muestra fotográfica Otras mujeres, en la que visibiliza, a través de imágenes y testimonios recogidos en diferentes países, las percepciones, argumentos y experiencias de 10 mujeres que decidieron libremente no seguir esta idea que convierte a la (buena) mujer en sinónimo de madre.
Hacer pública la posibilidad de reflexionar este tema implicó para la artista un largo proceso de autoexploración, de investigación (que aún no concluye) y un trabajo creativo a través de la Fotografía. A la par, la creadora realizó un proceso de desnaturalización de estereotipos y prejuicios, como el egoísmo o aquellos que consideran que no ser madre, anula su posibilidad de sentir amor hacia las niñas o niños, lo cual explican, es completamente erróneo.
Judith se encontró con más de una decena de mujeres con diferentes contextos socioeconómicos, geográficos y de sexualidades diversas pero que comparten entre ellas, la determinación de no ser madres.
A pesar de sus diferencias, incluyendo las raciales, las une esta decisión, “no son solo hechos azarosos y esto es lo interesante de la investigación”, explica Rián Lozano, la curadora de la muestra, feminista, historiadora del Arte y Doctora en Filosofía.
A partir de los relatos, la también investigadora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, identifica que estas mujeres tienen dos cosas en común, la primera tener que luchar mucho contra los prejuicios y todo el impacto que la construcción de la buena mujer, relacionado con la idea de ser madre, tienen en nuestra sociedad mexicana y en la sociedad mundial.
Por otro lado destaca la capacidad, la voluntad y la valentía de alejarse de las cosas que no les funcionaban, sea familia, o entorno laboral. Al final, señala la curadora, este trabajo permite reflexionar sobre la maternidad asociada a la soledad, “parece que la maternidad, es procrear y tener asegurado un futuro con alguien a tu lado. Parece que cuando no tienes un hijo te vas a quedar sola el resto de tu vida”.
Rián explica que otros de los temas recurrentes en las protagonistas es el tema entorno a los derechos sexuales y reproductivos, muchas de ellas, hablan del aborto y en una situación como la que se vive actualmente en México, donde hay mujeres presas por abortar, es fundamental pensar que es un derecho por el que hay que seguir luchando.
En su opinión, la exhibición de Romero representa un acto potente, que pone en tela de juicio un discurso dominante, parte de un proceso exploratorio pero tiene un compromiso político y éste es la decisión de no ser madres. «El arte es un espacio estupendo para colocar este tipo de discursos que parecen ajenos a la sociedad», agrega.
Esta elección implica el ejercicio pleno de un derecho humano: el de decidir libremente y sin remordimiento sobre tu sexualidad, sobre tu cuerpo y sobre tu vida, coinciden la fotógrafa, la curadora Rián y la directora de Ges Mujer, Ximena Avellaneda.
Avellaneda coloca este tema en el contexto de Oaxaca, expone que es un tema que se aborda poco en el estado, pero que es fundamental pues tiene que ver con los derechos humanos inherentes a las mujeres, el de decidir sobre su cuerpo.
¿Cuál es la función de la maternidad en este sistema, para qué les sirve ser madre?
Todas sonríen, toman aire, suspiran y explican que dentro del sistema social actual ser madre parece un mandato para las mujeres, lo cual ha convenido a las instituciones como la familia o la iglesia, las cuales han reforzado esa forma de pensar.»Pero la realidad nos lleva a situaciones patéticas, hay mujeres que se tienen que enfrentar violentamente a la maternidad, sin desearlo, con consecuencias horribles para ellas y para los niños o niñas que han procreado», explica la directora de GesMujer.
«La maternidad ha servido al sistema para mantener a las mujeres dentro del ámbito privado, en el cuidado de los hijos y liberar a los hombres de esa responsabilidad con el argumento de que aportarán al sustento, pero el tiempo ha mostrado otra realidad, ni hay tal sustento ni tal presencia de los hombres, por el contrario, han relegado la crianza a las mujeres», añade.
La moral hegemónica nos dictó desde pequeñas la maternidad como un mandato, pero a medida que vamos creciendo la acomodamos a nuestra vida, a partir de las experiencias propias y posibilidades vitales, apunta la comunicadora Anel Flores y agrega que la no maternidad es una tendencia -no una moda como dicen algunas revistas- porque siempre ha existido.
Judith Romero visibiliza lo existente y su exposición se convierte quizá en un hecho inédito en Oaxaca. El MACO le abrió las puertas para hacerlo público. Su directora Cecilia Mingüer señala: “es necesario revisar algo que muchas mujeres sabemos, y nadie ha hecho públicamente, la posibilidad de explorar qué piensan y cómo se sienten con la presión de las amigas, de la familia y con la pareja”.