Rocío Flores
La escritura es un camino para entender y aceptar esos malestares y heridas que lastiman el alma y que definen las relaciones en nuestras vidas, dice la poeta oaxaqueña Ninfa Pacheco.
“Cuando un dolor no tienen una explicación racional, es ciego y mucho más doloroso. Con este libro entendí que era lo que había detrás del dolor físico y la desazón que había en algún momento de la vida”, adelanta Ninfa.
La escritora y terapeuta, autora de La Diva emblemática y Al despertar de la aurora entre tus senos y El clítoris alumbra, charla sobre su último libro que presentará este viernes en el Centro Cultural San Pablo.
La luz del corazón, escritura para sanar es el cuarto libro que se compone de textos poéticos breves, que develan la relación de la autora con el mundo que le rodea.
Estructurado a manera de un recorrido, Ninfa ofrece en su texto la posibilidad de detenernos para mirar cómo confluyen la naturaleza, los conocimientos ancestrales, las deidades, los recuerdos y los sueños con los pesares. “Todo está ligado”, apunta.
La escritora de ascendencia chatina y afro permite recordar elementos de nuestra cultura, como el pulque, la mazorca y el totomoxtle. El chepil o el atole blanco, entre muchos otros. La energía de Nezahualcoyotl y de Tonatzin, así como el de otras deidades y espacios sagrados. Pero sobre todo coloca en su texto algunos malestares sociales y heridas personales, que dice, van sanando con la escritura.
Emociones que trascienden a las palabras
Durante la charla, la escritora recuerda el origen de este libro. “Un día me di cuenta que la belleza que me estremecía ya no lo hacía, quería morir, pero me avergozaba sentirlo y ver que el mundo seguía feliz”.
Después de días de amargura y agonía, reconoció su pesar y escribió: “Me quiero morir”, texto que inaugura la serie de escritos poéticos, a través de los cuales pudo dejar el dolor de las relaciones familiares y transformarlo en un ejercicio constante de escritura, para sanar y vivir el presente.
“Me di cuenta que podía observar la belleza natural en todos lados”. De ahí salió esta técnica de la escritura para sanar las heridas emocionales, comenta.
La autora agrega que durante más de un año se dedicó a escribir también sobre experiencias que vivieron otras mujeres que en algún momento estuvieron vinculadas a su entorno. Escribir sobre esas historias, dice, le permitieron liberar energías y sentirse en paz.
De lo individual a lo comunitario
Ninfa tiene una formación interdisciplinaria, más de siete años dedicada el estudio de la literatura universal y sobre las culturas mesoamericanas, así como a la escritura. Se formó como terapeuta también con el conocimiento de chamanas afro descendientes y mestizas en la Costa de Oaxaca.
La poeta considera que si a nivel individual se puede dar ese reconocimiento a un malestar o evento traumático de nuestro pasado, y reporta bienestar, también se puede llevar a lo comunitario.
“La comunidad somos individuos con relaciones entrelazadas, con pasados e historias, pero también con dolores comunes, como el de la conquista, una herida que creo que no ha sido sanada”.
Sobre el pasado y las heridas de las comunidades, la oaxaqueña dice que los gobiernos y el poder político implantó nuevas formas de vida que siguen vigentes, pero hay valores y filosofías propias de nuestras culturas a las que aún se puede acceder, y que estas pueden servir de inspiración y guía para resolver los problemas que nos afectan actualmente.